Ana Rosa Quintana tiene un problema: no sabe qué hacer con tanto dinero

Una temporada más, Ana Rosa Quintana camina con paso firme por la industria de la televisión. La reina de las mañanas, salvo que Susana Griso demuestre lo contrario, tiene cuerda para rato y, sobre todo, dinero para aburrirse. Su prodigioso salto de periodista meritoria a exitosa empresaria audiovisual le ha reportado en casi dos décadas importantes beneficios que ahora tiene que gestionar casi como un desempeño profesional.

El guardián del patrimonio de Ana Rosa es su propio marido, el empresario Juan Muñoz Tamara, con el que contrajo matrimonio en 2004. Vinculado al sector inmobiliario, actividad que le ha supuesto algún contratiempo judicial, la pareja sentimental de la periodista es el encargado de administrar sus rentas, en mayoría obtenidas tras la venta de la mayoría de Cuarzo, la productora audiovisual que la reina de las mañanas de Tele5 colocó (el 51%) en 2009 al grupo internacional Banijay Entertainment.

Como otras fortunas, Ana Rosa prefiere activos refugio para preservar su fortuna. Por este motivo, su marido se debate sobre cuál es el mercado ideal para adquirir activos inmobiliarios, la panacea de todo rico que quiera un inversión potencialmente segura. En su caso, según fuentes del mercado, la duda está en apostar por alguna capital europea o atreverse a probar suerte en países como Brasil, donde en varias de ciudades se están marcando precios récord por el metro cuadrado de oficina.

Hace un par de años, Ana Rosa Quintana ya dio un paso relevante como inversora. La periodista, a través de una sociedad, colocó un parte de su patrimonio en Cartera Industrial Rea, la sociedad de capital riesgo gestionada por el financiero José María Loizaga, especializada en tomar participaciones minoritarias en cotizadas como Mecalux. Sin embargo, ahora que la renta variable es poco atractiva para las sicav, AR busca en el ladrillo la seguridad necesaria. La cuestión es si merece irse muy lejos para ello.