Zaplana intenta el asalto a RTVE con el trampolín de una cena con Aznar y Botella

Eduardo Zaplana es un incombustible. Tras cuatro años largos en Telefónica, esto es, en el sector privado, ha decidido volver a la arena política. En este contexto hay que entender la cena que el expresidente valenciano montó en su casa madrileña con un grupo distinguido de personalidades, entre los que se encontraban su antiguo jefe de filas, José María Aznar, y la nueva alcaldesa de Madrid, Ana Botella.

El también exministro y exportavoz parlamentario (íntimo de los socialistas Alfredo Pérez Rubalcaba y Javier de Paz) ha comenzado a moverse. Es sabedor de que necesita de ayuda para alcanzar sus nuevas metas, entre las que se encuentra la presidencia de RTVE, tal y como vienen señalando algunos medios en los últimos días. Para ello esgrime como principales avales su amistad con algunos destacados miembros del PP, así como con el nuevo secretario general del PSOE y con algunos de sus hombres de confianza.

Lo que parece olvidar Zaplana es que Soraya Sáenz de Santamaría, en teoría la persona de la que depende ese puesto en negociación con los partidos de la oposición, todavía recuerda las zancadillas que éste le puso cuando, por indicación directa de Mariano Rajoy, le sustituyó al frente del Grupo Parlamentario Popular.

Aun así, se comenta que Zaplana ya ha hablado con algunos amigos suyos de antaño como José Antonio Sánchez Dominguez, actual director general de Telemadrid, o con personas vinculadas a Federico Jiménez Losantos, otro de sus periodistas próximos, por si Rajoy, una persona pragmática, se ablandara ante los reclamos de Aznar en favor de su exministro.