La soga en casa del ahorcado: Rajoy calla sobre los recortes de sueldo delante de Rato

Mariano Rajoy no quiso mentar ayer la soga en casa del ahorcado y hacer más sangre de la necesaria con la bajada de sueldo por decreto de su rival en la sucesión de Aznar y ahora presidente de la 'ayudada' BFA-Bankia. Así, en la clausura del Encuentro Financiero Internacional que organiza dicha entidad y codo con codo con Rodrigo Rato, omitió piadosamente los párrafos que tenía escritos en su discurso en los que hacía referencia a tan espinoso asunto.

Concretamente, el presidente del Gobierno se calló lo siguiente: "El último eje de la reforma [financiera] establece límites a las remuneraciones en entidades que han recibido ayudas públicas. Estos límites persiguen el mismo fin que todas las actuaciones del Gobierno: garantizar que el dinero público se utiliza de la mejor manera para el conjunto del país".

Anteriormente, ya había modificado su discurso al reducir a dos los tres ejes principales de la reforma. Los dos salvados fueron el saneamiento de los balances y los incentivos a los procesos de integración; el eje que se fue al limbo fue "el establecimiento de límites a las remuneraciones en entidades que han recibido ayudas públicas".

Don Mariano debió de pensar que ya bastante fastidiado tenía que estar Rato con la bajada de sueldo de 2,4 millones (y posiblemente mucho más con el variable) a 600.000 euros, como para recordárselo. Y menos en su propia casa. Para qué echar sal en la herida. Además, bastante tiene Bankia con lo que tiene: Economía no le deja sanearse contra patrimonio ni pujar por Unnim, la sombra de La Caixa planea sobre ella, la rebelión de Olivas, etc. Por eso, optó por la diplomacia y obvió estas referencias que le habían preparado en su gabinete.

Menos mano izquierda había tenido el lunes el ministro de Economía y culpable directo de la rebaja de sueldo de su antiguo jefe en el Ministerio. O sea, Luis de Guindos. En el mismo encuentro -que duraba dos días-, y con Rato también de cuerpo presente, dijo que "la rebaja de sueldos de las entidades que han recibido ayudas públicas es positiva por una cuestión de solidaridad".

El titular de Economía insistió mucho en envolver en un halo de solidaridad las reformas del Gobierno -bajar los impuestos era de izquierdas con Zapatero y subirlos es "solidario" con Rajoy en este país nuestro- y consideró necesario que los que "más tienen" se solidaricen con las medidas de ajustes y "arrimen el hombro". "El Gabinete va a seguir pidiendo que los que más tienen aporten más", concluyó.

Pero es que De Guindos no es político, claro. Quizá por eso dedicó el lunes a Rato un abrazo mucho más efusivo que el que le prodigó ayer Rajoy en la entrada de estas jornadas.