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El mundo al revés: el Tesoro vende deuda pública con el gancho de las renovables
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El mundo al revés: el Tesoro vende deuda pública con el gancho de las renovables

España es un país de contradicciones. Tanto para bien como para mal, cualquier oportunidad puede servir para demostrar la incoherencia argumental que nos caracteriza. El último

España es un país de contradicciones. Tanto para bien como para mal, cualquier oportunidad puede servir para demostrar la incoherencia argumental que nos caracteriza. El último en demostrar que se puede decir una cosa y la contraria al mismo tiempo a pesar de lucir los mismos colores de Gobierno ha sido el Ministerio de Economía, que no ha dudado contradecir el discurso del Ministerio de Industria para construir su parte de su discurso argumental.

El pasado 13 de marzo, el Tesoro Público anunciaba en los medios económicos internacionales una campaña de publicidad para vender las bondades de la deuda pública española, combatiendo así la tensión existente sobre la prima de riesgo, por encima ya de los 350 puntos. Una herramienta de marketing más si no fuera porque el cebo utilizado para dar imagen de solvencia era la imagen de nuestro país como referente mundial en energía renovable.

A las puertas de la inminente subida de la luz, el sector energético espera una batería de medidas complementaria para atajar el déficit. Entre otras, se descuenta un nuevo tijeretazo a las renovables, para las que el Gobierno del PP aplicó ya una moratoria nada más alcanzar el poder. Ahora, eólicos, fotovoltaicos pero sobre todo termosolares temen un severo rejonazo que ponga en peligro las inversiones comprometidas para los próximos años.

A pesar de este contexto, Economía ha creído conveniente recurrir a la imagen de España como vanguardia de las renovables para avalar las emisiones del Tesoro. Y eso que el anterior ministro del ramo, Miguel Sebastián, provocó un conflicto con los inversores internacionales, los mismos que pueden comprar deuda pública de nuestro país, por los recortes a los huertos fotovoltaicos, un pleito que está pendiente de resolución en un tribunal de arbitraje.

En el anuncio publicado en el Financial Times, por ejemplo, podía leerse en grandes caracteres cómo se afirma que invertir en “energía positiva”, estableciendo un paralelismo entre deuda pública y renovables, es una opción rentable ya que “cuanto más inviertes, más crece”. De esta manera, bajo un mapa de España poblado de molinillos y placas solares, llega a afirmarse que la “habilidad de estar en vanguardia se logra invirtiendo en el futuro”. Olvidaron decir que ese futuro está lleno de recortes.

España es un país de contradicciones. Tanto para bien como para mal, cualquier oportunidad puede servir para demostrar la incoherencia argumental que nos caracteriza. El último en demostrar que se puede decir una cosa y la contraria al mismo tiempo a pesar de lucir los mismos colores de Gobierno ha sido el Ministerio de Economía, que no ha dudado contradecir el discurso del Ministerio de Industria para construir su parte de su discurso argumental.