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La ministra de Trabajo se apunta a las peluquerías low cost
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La ministra de Trabajo se apunta a las peluquerías low cost

Fátima Báñez suele vestir con cierta discreción, muy lejos de otras ministras anteriores, las cuales lucían modelito cada vez que asomaban en cualquier acto institucional. Eso

Fátima Báñez suele vestir con cierta discreción, muy lejos de otras ministras anteriores, las cuales lucían modelito cada vez que asomaban en cualquier acto institucional. Eso no es óbice para que de vez en cuando se adecente con algún complemento de mucho caché, como el cinturón Loewe con el que se adornó unos de los días que explicaba la reforma laboral del PP.

Un caprichito, que también tiene derecho la responsable de los parados de España, una mujer de gastos presuntamente austeros. Es lo que se puede interpretar de lo que destina a acicalarse. Porque la ministra de Trabajo aprovechó la festividad de San Isidro en Madrid para ir a la peluquería, hacerse las mechas y arreglarse las manos y las uñas.

Y no fue a un salón de belleza de postín. No. Báñez se dejó caer a primera hora de la mañana por uno de los dos centros que Marco Aldany tiene en Pozuelo de Alarcón, la ciudad a las afueras de Madrid donde conviven gran parte de los diputados del PP y del PSOE, además de bastantes de las gran fortunas del reino. La gestora de la cola del INEM pidió que le dieran un baño de color para tapar los años, un arreglito de manos y las uñas.

No se sabe con exactitud la factura que pagó la ministra, pero por los precios low cost de Marco Aldany la cuenta no llegaría a los 70 euros. Un corte de pelo masculino no llega a los 11 euros en la capital. Una inversión en conservación bastante prudente si se tiene lo que piden por la zona donde sigue viviendo Mariano Rajoy cuando se escapa de la Moncloa. A escaso 300 metros hay otra peluquería que suele visitar José Mourinho (en el centro comercial Zielo) donde la broma no le hubiera bajado de 120 euros.

Un ejemplo de austeridad para los tiempos que corren, tan duros que han provocado que Marco Aldany haya solicitado concurso de acreedores. Su propietario, la firma de capital riesgo MCH, no ha podido hacer frente a sus obligaciones financieras. Quizás la ministra pueda echarle una mano con la administración judicial.

Fátima Báñez suele vestir con cierta discreción, muy lejos de otras ministras anteriores, las cuales lucían modelito cada vez que asomaban en cualquier acto institucional. Eso no es óbice para que de vez en cuando se adecente con algún complemento de mucho caché, como el cinturón Loewe con el que se adornó unos de los días que explicaba la reforma laboral del PP.