Pedro J. intenta fichar a Zapatero como columnista estrella

Pedro J. Ramírez no ceja en su empeño de convencer al ex presidente del Gobierno y actual miembro del Consejo de Estado de que vierta su creatividad literaria y sus opiniones en “El Mundo”. Y para ello, aparte de intentar convencerlo cara a cara en varias cenas en la casa del director (una de las últimas, el pasado febrero), lanza a sus más estrechos colaboradores y a sus jefes a convencer al ex presidente.

Una de las últimas intentonas tuvo como escenario el restaurante “La Manduca de Azagra”, uno de los templos gastronómicos y centro de reuniones de los siete años de zapaterismo, donde un día cualquiera se podía ver en su salón a José Blanco con Alberto Ruiz Gallardón, cada uno en mesas distintas, o Fernando Fernández Tapias hasta que un desagradable incidente con un puro que no quería apagar puso fin a sus visitas.

Allí, entre los famosos pimientos de cristal y las alcachofitas fritas especialidad de Juan Miguel y su local navarro en plena calle Sagasta, tuvo lugar a finales de mes una comida a tres bandas: Antonio Fernández Galiano, consejero delegado de Unidad Editorial; el ex presidente, José Luis Rodríguez Zapatero; y Óscar Campillo, periodista leonés amigo y uno de los biógrafos del ex líder socialista, hoy en nómina de Unedisa como director de “Marca”, donde sustituyó a Eduardo Inda.

Galiano y Campillo intentaron convencer a Zapatero, entre verdura y verdura, de la necesidad de tener una tribuna para exponer periódicamente sus pareceres, y qué mejor que “El Mundo” de su amigo Pedro J., el mismo que acudía frecuentemente a Moncloa cuando Zapatero era presidente aunque desde sus páginas se alentara la teoría de la conspiración y el 11-M, en la que se cuestionaba la limpieza de la llegada de Zapatero al palacio.

La relación de Pedro J. y Zapatero, extraños compañeros de viaje para desesperación de otros como Alfredo Pérez Rubalcaba, es tal que el último domingo antes de abandonar Moncloa, el leonés invitó a cenar a Palacio al riojano. Y éste, claro, lo contó primero en Twitter y luego en su carta dominical. La relación, pues, sigue. Y ahora, Pedro J. le quiere como columnista de postín.

Al parecer, el ex presidente insiste en que no, aún no, que todavía es pronto para romper su silencio… de momento. Por mucho que en la presión medie Campillo, uno de sus amigos y biógrafos, autor de “Zapatero, presidente a la primera”. El ex inquilino de Moncloa se resiste y asegura a su círculo íntimo que no piensa pasarse, de momento, al periodismo. Aunque Pedro J, está dispuesto a seguir intentándolo.