Los hijos del expresidente de CaixaGalicia salen del paro por la puerta grande

Entrar en la lista del paro es fácil, incluso inevitable para muchísimos trabajadores. Salir es complicado, muy complicado, salvo que se tenga un excelente currículo, una gran trayectoria profesional o, simplemente, un apellido de renombre. Gracias a alguna de estas virtudes, o todas a la vez, los hijos de José Luis Méndez, el que fuera primer ejecutivo de CaixaGalicia y número dos de Novagalicia tras la fusión con Caixavigo, han encontrado trabajo apenas un año después de dejar la entidad.

 

Por una parte, José Luis Méndez Pascual, que llegó a ser consejero delegado de Corporación Caixa Galicia, se ha incorporado al banco suizo A&G como responsable de banca privada en Galicia. Lis, como se le conoce en el mundo financiero, tirará de agenda para captar a los ricos de la zona, algunos de los cuales se jugaron una migajas de su dinero para salvar, precisamente, a Novagalicia.

 

Para el hijo mayor de Méndez, incorporarse a un banco que gestiona 4.000 millones de euros en España será todo un reto. Sobre todo porque nunca trabajó en otra entidad que no fuera Caixa Galicia, es decir, la caja de la que su padre era el número uno desde tiempos inmemoriales (casi 30 años). A su favor juega que ya administró una cartera de inversiones de más de 1.000 millones, con cierto éxito.

 

Su progenitor se vio obligado a irse por las malas tras su fusión con los vecinos de Vigo, pero con más de 11 millones de euros entre indemnizaciones y pensiones. Un importe que le puso en el centro de toda la polémica por los generosos finiquitos que recibieron todos los exdirectivos de Novagalicia. Lis optó por marcharse en julio del pasado año al ver que la nueva dirección de José María Castellano no contaba con él. Lo hizo sin nada a cambio, para evitar más escándalos de los que ya salpicaban a la familia.

 

Su hermano, Yago Méndez, lo había dejado tres meses antes. Fue el que menos progresó de los dos, hasta el punto de que no había pasado de director del área de empresas en La Coruña. Sin embargo, tuvo tiempo de hacer relaciones con amistades tan polémicas como la de Enrique Bañuelos. El inversor valenciano, en su regreso a España tras la aventura por Brasil, se ha convertido esta semana en el primer accionista de Amper y ha colocado a Yago en el consejo de la empresa de tecnología.

 

Llevaba ya un año haciendo negocios con el paellero. Favores pagados que diría aquél. Porque Caixa Galicia se convirtió en su día en accionista de referencia de Astroc, ese castillo de naipes con el que el señor Bañuelos embaucó a más de un pardillo. La caja perdió hasta la camisa en aquella inversión que hoy paga el Estado, ya que Novagalicia es de todos los españoles tras la nacionalización previa inyección de 2.465 millones.