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¿Por qué el PP avala el porno cuando quiere cerrar las televisiones autonómicas?
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¿Por qué el PP avala el porno cuando quiere cerrar las televisiones autonómicas?

¿Un lapsus? Más bien parece que el PP también se está especializando en crear problemas donde no los hay. Y es que la reforma de la

¿Un lapsus? Más bien parece que el PP también se está especializando en crear problemas donde no los hay. Y es que la reforma de la Ley Audiovisual, pensada para permitir la privatización de las televisiones autonómicas, va a terminar avalando los programas en abierto de pornografía y violencia gratuita. Toda una paradoja. El cambio de planes se recoge en una de las enmiendas planteadas por los populares en el Congreso y fue defendido, más o menos conscientemente, por la diputada Macarena Montesinos. Ni que decir tiene que su señoría se ha convertido desde entonces en objeto de las iras de buen número de asociaciones de usuarios y telespectadores. La pelota está ahora en el tejado del Senado, que votará mañana el texto que le llegó de la Cámara Baja.     

La cosa es bien sencilla. El artículo 7 de la Ley, que protege los derechos del menor, establece que “está prohibida la emisión en abierto de contenidos audiovisuales que puedan perjudicar seriamente el desarrollo físico, mental o moral de los menores, y en particular, programas que incluyan escenas de pornografía o violencia gratuita”. La nueva enmienda, supuestamente aprobada por el Congreso para asegurar el control de los contenidos por parte de los padres, elimina esa última mención. Un olvido o ligereza que, según ha denunciado la Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC), puede llevar a pensar que "implícitamente se vuelve a permitir de nuevo la emisión de esos contenidos en parrilla”. Una reflexión más que generosa respecto a la buena voluntad de los populares.

Otros lo tienen claro y no entran en juicios de intenciones. “La referencia está incluida en la legislación europea, que ha mantenido desde hace más de dos décadas la prohibición de emitir en abierto programas que puedan perjudicar seriamente el desarrollo físico, mental o moral de los menores y, en particular, programas que incluyan escenas de pornografía o violencia gratuita”, lamentaba iCmedia, Federación de Asociaciones de Consumidores y Usuarios de los Medios de España. “En la justificación de la enmienda no se hace referencia a esta supresión, ni tampoco fue objeto de mención durante del debate de las enmiendas”, lamenta la organización, apuntando directamente a Montesinos.

Claro que, pese a este desliz, la diputada por Alicante –a la sazón miembro de la Comisión de Control de RTVE- y el propio Partido Popular tienen margen para redimirse en otros ámbitos de la política audiovisual. “Está convencido de que desde RTVE se puede hacer oposición al Gobierno”, lanzaba recientemente Montesinos en alusión a Fran Llorente, ya destituido director de Informativos de la Corporación. Y para demostrar cómo hay que hacer las cosas, el hombre designado por el PP para liderar la casa, Leopoldo González-Echenique, ya marca los tiempos. Y nombraba responsable de los telediarios antes incluso que director de TVE. Lo que importa es lo que importa.

¿Un lapsus? Más bien parece que el PP también se está especializando en crear problemas donde no los hay. Y es que la reforma de la Ley Audiovisual, pensada para permitir la privatización de las televisiones autonómicas, va a terminar avalando los programas en abierto de pornografía y violencia gratuita. Toda una paradoja. El cambio de planes se recoge en una de las enmiendas planteadas por los populares en el Congreso y fue defendido, más o menos conscientemente, por la diputada Macarena Montesinos. Ni que decir tiene que su señoría se ha convertido desde entonces en objeto de las iras de buen número de asociaciones de usuarios y telespectadores. La pelota está ahora en el tejado del Senado, que votará mañana el texto que le llegó de la Cámara Baja.