Los grandes bancos piden a sus ejecutivos que permanezcan en sus puestos en agosto

Las direcciones de los grandes grupos financieros españoles han pedido a sus ejecutivos que permanezcan en sus puestos durante el próximo mes de agosto ante la eventualidad de que la deuda española pueda rebajarse hasta “bono basura”.

Ello significaría que los bancos españoles tendrían que reajustar sus presupuestos justo a mediados del ejercicio con todo lo que ello significa. Eso sería así en el Grupo Santander, BBVA, Caixabank, Banco Popular y el resto de las entidades… pero especialmente en el cuadro macro de las dos primeras, que son las que más deuda soberana acumulan.

La orden general es que los ejecutivos de estos grupos permanezcan en sus puestos de trabajo durante el mes canicular y en todo caso “estén siempre localizados”.

En este contexto, no hay que olvidar que los grandes banqueros españoles, Emilio Botín y Francisco González, están especialmente disgustados con las medidas adoptadas por el ministerio de Economía, así como por tener que pagar un plus por el comportamiento de las cajas de ahorro al meter todo el sistema financiero español “en el mismo saco”.

Tanto Santander como BBVA y Caixabank no tienen previsto solicitar ni un solo euro de los cien mil millones de rescate bancario que Bruselas concederá al sistema español. “Sólo recogemos inconvenientes, subraya la misma fuente. El Gobierno ha sido muy poco cuidadoso a la hora de preservar nuestra imagen y tenemos que pagar no sólo por la mala imagen del Reino de España, sino también por la escasa cintura del ministro de Economía en sus negociaciones con la Unión Europea…”

Dentro de las condiciones impuestas por el Eurogrupo para el rescate financiero de España se establecen medidas muy duras para el conjunto de la banca de nuestro país y afecta a todas las entidades por igual. Entre estas medidas se encuentra la de someterse a más controles tanto por parte del Banco de España como por el Banco Central Europeo.

Tampoco gusta en demasía la creación del “banco malo”, que aglutinará todos los productos tóxicos de la banca y que tendrá que solventarse gracias al dinero público, es decir, en base a los impuestos de los ciudadanos.  

En este contexto suenan muchos rumores respecto a la posibilidad de que algunos de estos grandes grupos pudieran establecer su base central en países más rentables para sus intereses y en los que no les penalizara la “marca España”. “Ni queriendo se hace todo tan mal…”, concluye la citada fuente.