Blesa tira de agenda para recolocar a su vieja guardia de Caja Madrid

También a los ejecutivos superclase les cuesta reincorporarse al mercado laboral. Con más de cinco millones de parados, conseguir un puesto de trabajo y sobre todo una tarjeta de representación que luzca bien como en el pasado es una tarea titánica. Más aún si, a pesar de una dilatada carrera profesional en el sector financiero, por ejemplo, los últimos días de actividad profesional han sido puestos en tela de juicio. Entonces, los contactos y los padrinos son más necesarios que nunca.

Para sortear estos infortunios, el que fuera presidente de Caja Madrid, el ahora desaparecido Miguel Blesa, ha decidido tirar de agenda para echar una mano a varios de sus colaboradores en la cúpula de la vieja caja de ahorros madrileña, ahora refundada en la nacionalizada Bankia. Los exdirectores Matías Amat o Ildefonso Sánchez Barcoj, por citar a dos de los más significados, buscan algún consejo de administración u algún comité asesor con el que seguir estando en activo.

Nadie ha escapado de la implacable tijera de José Ignacio Goirigolzarri, la misma que no usó Rodrigo Rato durante su breve etapa, que además de depurar la estructura directiva de la entidad financiera ha sacado fuera de los consejos de administración de las compañías participadas a toda la vieja guardia.

El único director general de la era Blesa que milagrosamente ha superado todos los cambios es el superviviente Mariano Pérez Claver. A pesar de su destierro de la caja, el financiero consiguió hacerse fuerte en la vieja Sos Cuétara, ahora refundada bajo Deoleo, para saltar después de la presidencia de NH Hoteles, donde continúa como primer ejecutivo. El resto de antiguos compañeros no han corrido la misma millonaria suerte… a pesar de compartir el mismo pasado.