Intereconomía, en su momento más difícil: se queda sin director de La Gaceta a las dos semanas

Julio Ariza vive su momento más difícil como editor mediático. Junto a los problemas económicos y de liquidez que arrastra el Grupo Intereconomía, se une ahora la crisis interna en La Gaceta y la marcha de colaboradores habituales.

Lo más sorprendente ha sido que Eduardo García Serrano, un periodista que hizo toda su carrera en la Radio Intercontinental de la familia Serrano Súñer, haya durado apenas dos semanas como director del medio escrito de dicho grupo. Ha aducido problemas de salud para dejar la dirección del citado rotativo, un cargo que asume su director adjunto, Javier Esparza, nombrado al mismo tiempo que García Serrano.

Fuentes de toda solvencia de este medio confirman que ha tenido un “ataque de ansiedad” ante el reto que supone reflotar un periódico que está en su mínima expresión en ventas e influencia. Confirman también que nunca quiso ese puesto y que se vio obligado a aceptarlo por la presión de su editor, que no veía con buenos ojos que Javier Horcajo se hiciera con la poltrona de Carlos Dávila.

Dávila acaba de ser nombrado dircom de Enresa, la empresa pública de residuos radioactivos tóxicos, por mediación de Cospedal. Sorprende que el navarro haya aceptado este puesto por cuanto se definió como un enemigo declarado de lo público y criticó muy fuertemente a colegas que obtuvieron en su día algún cargo “político”.

La situación financiera de Intereconomía parece ser crítica. Numerosos tertulianos habituales abandonaron la cadena para fichar por 13TV. “No ha habido ninguna conspiración, simplemente Ariza no paga, adeuda mucho dinero, incluso de los EREs y la indemnización de su antiguo consejero delegado, y así no se puede seguir…”, señalan profesionales afectados. Todo ello a pesar de los magníficos ingresos que está obteniendo de la película Tadeo Jones.

Julio Ariza distribuyo un durísimo alegato a finales del pasado mes de agosto contra el gobierno Rajoy. Pero su enemiga fundamental es la COPE –de la que es modesto accionista- y sus principales gestores, a los que no dirige la palabra.

Tampoco parece que la apuesta política de Ariza, la del partido de Mario Conde, esté dando sus frutos. Conde, espoleado únicamente desde Intereconomía y algún que otro medio digital de reciente creación, se ha dado de bruces con la Justicia y pierde fuelle cada día que pasa.