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La eterna rivalidad del ministro colchonero y la supervisora merengue
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La eterna rivalidad del ministro colchonero y la supervisora merengue

Que Luis de Guindos tuvo que tragar saliva para admitir la designación de Elvira Rodríguez como presidenta de la CNMV es un secreto a voces en

Que Luis de Guindos tuvo que tragar saliva para admitir la designación de Elvira Rodríguez como presidenta de la CNMV es un secreto a voces en el todo Madrid político y financiero. Fue Mariano Rajoy quien pidió expresamente el favor al ministro y, lógicamente, el responsable de la política económica no se atrevió a replicar los deseos del gran jefe: “Nada mejor podríais pedirme que con más gusto estuviera dispuesto a concederos”, que diría el personaje de Shakespeare.

Pero todo eso no obsta para que el titular de Economía y la nueva presidenta de la Comisión de Valores mantengan su más enconada rivalidad a cuenta de otra disputa, particular e intransferible, que afecta a sus respectivos corazones futboleros. El ministro es del Atleti (de Madrid, por supuesto) y la presidenta de la CNMV más blanca que Bernabéu. Por eso a Elvira le encanta acudir al Palco de Honor invitada por ese anfitrión de lujo que es Florentino Pérez.

Florentino cuida con especial mimo sus relaciones de poder en el santuario madridista y eso es algo que empieza a escamar dentro de la clase política en estos momentos de crisis y tribulación, con una sociedad especialmente indignada y dispuesta a supervisar incluso a la supervisora mayor del Reino bursátil. A Luis de Guindos no le hace ninguna gracia que la buena de Elvira Rodríguez se codee cada domingo y fiesta de guardar europea con la élite de allegados a la zona noble del estadio madridista.

De momento, la primera en la frente, porque la presidenta del organismo regulador estuvo el pasado martes en el palco de Florentino sufriendo con el empate in extremis que su querido Real Madrid del alma consiguió frente a los alemanes del Borussia de Dortmund. Los defensores más precavidos de Elvira Rodríguez advierten que, a buen seguro, la responsable de la supervisión se acercó a Chamartín para despedirse de sus compañeros de fatigas.

Otros que también la defienden, pero en sentido muy contrario, están convencidos que de eso nada, porque la presidenta de la CNMV quiere demostrar su independencia hasta las últimas consecuencias y no va a hacer caso de las admoniciones que le lleguen de arriba. Habrá que esperar a los acontecimientos, pero a primeros de diciembre el Madrid recibe al Atleti. Y unos días antes, para el 21 de este mes, Cristiano y compañía se la juegan con el Ajax en una de esas noches de Champions que tanto gustan a todo madridista que se precie.

Que Luis de Guindos tuvo que tragar saliva para admitir la designación de Elvira Rodríguez como presidenta de la CNMV es un secreto a voces en el todo Madrid político y financiero. Fue Mariano Rajoy quien pidió expresamente el favor al ministro y, lógicamente, el responsable de la política económica no se atrevió a replicar los deseos del gran jefe: “Nada mejor podríais pedirme que con más gusto estuviera dispuesto a concederos”, que diría el personaje de Shakespeare.