Tomás Martín Morales, de peón de Gürtel a gurú para ser empresario

Hace un par de años, su chalet en Boadilla del Monte, localidad cuna de la trama Gürtel, era sede habitual de fiestas con gran pedigrí político del PP madrileño. En plena Urbanización de Las Lomas, una de las más exclusivas en el acaudalado pueblo, el empresario y abogado Tomás Martín Morales ejerció su condición de hombre de éxito y poder, condiciones que le permitieron actuar como alcalde en la sombra bajo mandato de Arturo González Panero, el famoso Albondiguilla.

A pesar de su condición de imputado por la Audiencia Nacional a causa de su implicación en el caso Gürtel (está acusado de cinco delitos: cohecho, blanqueo de capitales, prevaricación, malversación de fondos y asociación ilícita), el abogado madrileño se atrevió a debutar a finales de 2012 como autor de un manual de autoayuda, rebautizado como César Tomás Martín, en el que explica cómo abrirse camino en el mundo de los negocios bajo el título de Ser Empresario. 

Llama la atención cómo, a pesar de estar en libertad con una fianza de 1,5 millones, lo que le ha costado el embargo de cuatro propiedades, el empresario y abogado tiene discurso para aparecer ante los medios como referente para descubrir el camino de aquellos que quieren iniciarse en el mundo de los negocios, ajeno a su condición de sospechoso principal en la trama de corrupción que Francisco Correa urdió durante años en varios municipios madrileños regidos por el PP.

Tomás Martín Morales o César Tomás Martín, según convenga, parece confiar su suerte judicial al propio paso del tiempo. Hay quien recuerda, sin embargo, algunas de las hazañas de aquellos años de vino y rosas, donde el Camelot de González Panero hacía y deshacía a su voluntad gracias a su condición de vicepresidente y consejero delegado de la Empresa Municipal de la Vivienda de Boadilla, donde llegó a colocar a su mujer, Rosalía de Padura, como concejala.

De aquella época, al calor de la particular burbuja inmobiliaria que vivió Boadilla del Monte, el fundador de Bufete Velázquez pudo amasar un patrimonio que ahora está embargado por la Justicia. Únicamente el chalet, de 450 metros cuadrados, se ha librado del celo judicial por estar a nombre de otra persona. A falta de una posible sentencia condenatoria, Cesar Tomás Martín prefiere dar consejos a terceros para olvidar y superar la tensa espera del juicio que no llega.