Artur Mas carga contra el pedigüeño Monago ante el 'seny' catalán

Quienes le tratan en el Parlament dicen de Artur Mas que está fuera de sí, que ignora los consejos de su otrora círculo de confianza. Ahora sólo tiene oídos para el conseller de presidencia, Francesc Homs, y el líder de ERC, Oriol Junqueras. Esto es así porque el president sigue empeñado en su rol mesiánico de salvador del pueblo catalán y de llevar a cabo la consulta soberanista el año que viene.

Esa fue, precisamente, la impresión que se llevaron los socios del Sport Cultura Barcelona que almorzaron con él en privado este miércoles 7 de mayo. "Ha enloquecido", parecían murmurar los asistentes mientras Mas desgranaba un discurso casi bélico en torno a dos ejes: España no nos quiere, por un lado, y el diálogo con Madrid para reorientar la situación es imposible, por otro.

El Molt Honorable fue especialmente hiriente con el presidente extremeño, José Antonio Monago, al que acusó de ser uno de los máximos beneficiados por el principio de solidaridad que rige España y, al mismo tiempo, uno de los responsables del expolio fiscal que sufre Cataluña. "Cómo es posible que diga que va a bajar los impuestos en su comunidad cuando nosotros, que tenemos que soportar las ayudas que recibe Extremadura, nos hemos visto obligados a subir el IRPF hasta niveles jamás vistos", se lamentó Mas ante los presentes.

Monago encarna para el líder de CiU el nuevo regionalismo del PP: una comunidad autónoma sin industria y beneficiada del reparto de solidaridad territorial habla de relanzamiento económico cuando sólo son líderes en el ratio de funcionarios por mil habitantes. 

A los socios del Sport Cultura les sudaban las manos escuchando las filípicas del president. Esta asociación, que tiene a Manuel Carreras Fisas de presidente y a un ramillete de representantes del seny catalán en la Ejecutiva, incluido Iñaki Urdangarin, explica en su página web que su principal leitmotiv es fortalecer los pilares sobre los que se debe construir la sociedad, representados en la cultura y el deporte. Los señores de este club, entrados en años y de habla pausada, quedaron seriamente alarmados con el discurso del jefe catalán.

Mientras el president recordaba las palabras de Monago, aquellas en las que decía que iba a "reducir la fiscalidad autonómica para atraer a las empresas", era como si le llevaran los mil demonios.