Bono se aleja (más) del PSC y se acerca a Albert Rivera en el Club Siglo XXI

Justo cuando el PSOE y el PSC parecen estar más lejos que nunca, José Bono se dejó ver ayer en el Club Siglo XXI de Madrid, en la comida-coloquio que protagonizó el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, cuyo partido enarbola ahora mismo, casi en solitario, la bandera españolista en Cataluña.

El expresidente del Congreso de los Diputados, exministro y expresidente de Castilla-La Mancha fue de las personas más conocidas que ayer acudieron a compartir mesa y mantel y a escuchar a este joven político que ha roto todos los esquemas en Barcelona y que, en su alocución, dijo compartir con Bono aquello de que el político no puede estar más cerca de quien confecciona las listas que de los ciudadanos.

Cierto es que Bono hace tiempo que abandonó la primera línea de la política y que su agenda, mucho más descargada que en sus años de plena actividad, le permite acudir ahora a múltiples eventos de contenido político sin verse obligo a dar ningún tipo de explicación. Tampoco es menos cierto que el histórico Club Siglo XXI está dirigido ahora por su amigo Eduardo Zaplana, con quien Bono ha impulsado una fundación de exministros para defender la España constitucional. Asunto sobre el que ayer Rivera dio muchas vueltas en su discurso y en el que, sin citar a los aludidos, reclamó una mayor presencia de todos los expresidentes del Gobierno, los exministros y los exresponsables de las comunidades autónomas para que “rememos en la misma dirección” y para que “hablen más de España y menos de sus partidos” porque en estos momentos hace falta “autoridad moral”.

Bono tuvo que marcharse antes de que concluyera el coloquio de preguntas formuladas por los asistentes, pero a buen seguro tomó nota de la propuesta para trasladarla a sus colegas de la fundación. El guante queda también sobre la mesa del Club Siglo XXI que, dentro de pocos días, acogerá también a José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero dentro de un ciclo monográfico sobre la Transición. 

En su discurso, Rivera abogó por una nueva transición, pero una “transición ciudadana” porque, a su juicio, estamos al final de una etapa política. Reclamó, así, que se cumpla el artículo 6 de la Constitución para que los partidos sean estructuras verdaderamente democráticas, pidió un sistema de listas abiertas y una separación real de poderes entre el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial. Instó, por último, a que la sociedad civil dé un paso adelante y “se moje”. “Es el momento de que la gente nueva junto a la gente que tiene experiencia nos pongamos manos a la obra”, explicó en una visión y en una forma de entender las cosas que resumió con una frase de Víctor Hugo con la que quiso animar a quines piensan que los cambios son imposibles. “No hay nada más poderoso en el mundo que una idea a la que le ha llegado su tiempo”.