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El reencuentro del presidente de Adif con su ex mujer en el Congreso de los Diputados
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El reencuentro del presidente de Adif con su ex mujer en el Congreso de los Diputados

Entró en la Sala de Comisiones algo antes de las diez de la mañana del pasado jueves entre una nube de periodistas que quería arrancarle unas

Entró en la Sala de Comisiones algo antes de las diez de la mañana del pasado jueves entre una nube de periodistas que quería arrancarle unas declaraciones con las que poder rellenar el telediario en este seco mes de agosto para los noticieros. Seguramente fuera porque no está muy acostumbrado a los focos, o quizá por otras razones, pero lo cierto es que el presidente de Adif, Gonzalo Ferre, en la recta final de los cincuenta, se mostró durante su exposición algo más nervioso que su compañero de mesa, el presidente de Renfe, Julio Gómez Pomar, que dio un discurso a toda prisa sobre qué pasó en Santiago el 24 de julio para que un tren descarrilara.

Muy pocos conocían un dato adicional a la comparecencia de Ferre; a menos de dos metros de donde daba explicaciones, le controlaba palabra a palabra y gesto a gesto su exmujer, una estenotipista que debía reproducir de forma íntegra la intervención de su exmarido y todo lo que sucedía en aquella sala.

No hay duda de que Ferre aprendió de su exmujer las claves del buen orador para hacer la vida más fácil a los taquígrafos: aquellos que no hablan más de 150 palabras por minuto y elaboran frases directas, sin subordinadas.

Escuchando de nuevo su comparecencia, puede observarse cómo este licenciado en Derecho, funcionario del cuerpo de Gestión de la Hacienda Pública e Interventor del Estado, ofreció un discurso pausado, parando cuando había un punto y respirando en las comas, haciéndole la vida mucho más fácil a las chicas que deben anotar todo lo que pase, hasta los rumores de la sala.

Nada que ver con la exposición de Gómez Pomar, quien seguramente no conocía tan de cerca el calvario que pasan los estenotipistas con un orador que lee a toda pastilla como fue su caso, lo que provocó que las taquígrafas fueran con la lengua fuera durante la hora que duró su intervención.

Ferre volvió al Congreso el viernes para arropar a la ministra Ana Pastor, que más o menos calcó el discurso que él ofreció un día antes y que se sintetiza en esta frase: no tenemos responsabilidad en los trágicos sucesos, pero reforzamos la seguridad en los trenes

Entró en la Sala de Comisiones algo antes de las diez de la mañana del pasado jueves entre una nube de periodistas que quería arrancarle unas declaraciones con las que poder rellenar el telediario en este seco mes de agosto para los noticieros. Seguramente fuera porque no está muy acostumbrado a los focos, o quizá por otras razones, pero lo cierto es que el presidente de Adif, Gonzalo Ferre, en la recta final de los cincuenta, se mostró durante su exposición algo más nervioso que su compañero de mesa, el presidente de Renfe, Julio Gómez Pomar, que dio un discurso a toda prisa sobre qué pasó en Santiago el 24 de julio para que un tren descarrilara.

Ana Pastor Adif Renfe