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Crisis de ansiedad por la nueva mudanza dentro de la 'casa Botín'
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Crisis de ansiedad por la nueva mudanza dentro de la 'casa Botín'

Están abatidos. Los empleados del Banco Santander que trabajan en la sede corporativa bautizada como la Ciudad Financiera lloran por las esquinas...

Están abatidos. Los empleados del Banco Santander que trabajan en la sede corporativa bautizada como la Ciudad Financiera lloran por las esquinas ante la inminente desgracia que se les avecina a una parte de ellos. Por obra y gracia del todopoderoso Emilio Botín, un grupo de más de 1.000 elegidos tendrá que irse a trabajar a la antigua sede de Banesto, el edificio Mesena, en la zona este de la capital, justo en el lado opuesto a Boadilla del Monte, municipio ubicado al oeste donde el banco de la llama tiene su gran cuartel general.

Tras la absorción de Banesto, el equipo de su antiguo banco filial se ha reubicado en la Ciudad Financiera. Este trasiego y la posterior modificación en el organigrama del Santander, con Javier Marín como nuevo consejero delegado del grupo, ha hecho que el veterano Enrique García Candelas haya conseguido independizar físicamente su dirección general de banca comercial para España del resto de la cúpula. Y para ello no ha dudado en elegir el edificio Mesena, propiedad del banco, como nuevo destino.

Por la que se ha montado dentro de la Ciudad Financiera, la decisión ha levantado ampollas. En plena crisis, con las retribuciones variables capadas, muchos de los afectados por el traslado consideran incoherente el gasto que se estáhaciendo en la rehabilitación del viejo búnker corporativo de Mesena (mobiliario, despachos, tecnología, gimnasio, comedores…), pero sobre todo que se trastoque la vida de un gran número de familias que se fueron hace no tanto tiempo a vivir a Boadilla del Monte animadas y financiadas por el banco.

Trastornos de adaptación, estrés, miedo, ansiedad… El traslado diario a la otra punta de la capital, en horario de máxima concurrencia, a primera hora de la mañana, puede resultar toda una odisea. Sobre todo para aquellos empleados que en 2004 se acogieron a las condiciones que ofreció entonces el Santander para instalarse en las inmediaciones de la Ciudad Financiera, enun radio de 10 kilómetros. Esta vez, desde Recursos Humanos no hay tantas facilidades a disposición. La coyuntura laboral es más que suficiente.

No hay alternativas que valgan ni cambios horizontales que encajen por categoría o destino. El banco ha renunciado a aglutinar en Mesena otras sociedades del grupo que ya están desperdigadas a lo largo de Madrid, como Geobán (San Sebastián de los Reyes), Gesbán (Ciudad de la Imagen), Isbán (Las Tablas) o Back Office Retail (Las Rozas). Por este motivo, entre los afectados crece la opinión de que la mudanza del minibanco de García Candelas obedece más a un antojo que a una optimización de costes.

Están abatidos. Los empleados del Banco Santander que trabajan en la sede corporativa bautizada como la Ciudad Financiera lloran por las esquinas ante la inminente desgracia que se les avecina a una parte de ellos. Por obra y gracia del todopoderoso Emilio Botín, un grupo de más de 1.000 elegidos tendrá que irse a trabajar a la antigua sede de Banesto, el edificio Mesena, en la zona este de la capital, justo en el lado opuesto a Boadilla del Monte, municipio ubicado al oeste donde el banco de la llama tiene su gran cuartel general.

Emilio Botín Banesto
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