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Una de las primeras urgencias del comité de crisis… buscar wifi
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Una de las primeras urgencias del comité de crisis… buscar wifi

No todo en un Comité de Crisis es tan espectacular como lo retratan las películas o las series de televisión norteamericanas.

No todo en un comité de crisis es tan espectacular como lo retratan las películas o las series de televisión norteamericanas, que tanto nos han hecho especular con la trastienda del Ala Oeste de la Casa Blanca. Y es que, ante grandes crisis, como la del ébola –de momento controlada y con escasísimas probabilidades de nuevos contagios–, la realidad suele ser mucho más de andar por casa de lo que pudiera parecer. Con retos a veces absolutamente insospechados pero que se convierten en necesidades vitales para quienes los reclaman.

Ese es el caso de las 15 personas que tuvieron contacto con la auxiliar de enfermería Teresa Romero y que permanecen aisladas y en observación en la quinta planta del hospital Carlos III de Madrid. Su salud no es un problema pues ninguno de ellos presenta síntomas de haberse contagiado, pero su bienestar durante esta cuarentena forzada sí que ha sido un quebradero de cabeza para el equipo que, liderado por Soraya Sáenz de Santamaría, ha tenido que tomar las riendas de esta crisis.

Según explican fuentes del citado comité a este diario, una de las primeras cosas que tuvo que resolver este grupo fue la de proveer de red wifi a los inquilinos de la quinta planta del Carlos III, en donde se encuentra también Javier Limón, el marido de Teresa Romero, o el doctor Juan Manuel Parra, entre otros. Contactar con las operadoras de internet y solucionar el problema en un tiempo récord fue una de las primeras tareas a las que tuvo que hacer frente el comité de Moncloa, que desde el sábado se reúne de forma diaria en el complejo presidencial.

Son aspectos secundarios de toda esta gran crisis que, sin embargo, quitan el sueño a quienes, encerrados en sus habitaciones del hospital, poco más pueden hacer que observar la sierra de Madrid desde la ventana o ver pasar, por el aíre, a los aviones que participaron el pasado domingo en el desfile militar que tuvo lugar con motivo de la Fiesta Nacional.

La salud de Teresa, principal objeto de preocupación del comité, evoluciona lentamente y, aunque estable dentro de la gravedad, todo hace pensar que esta crisis podrá tener un feliz desenlace más pronto que tarde. Ayer habló con su marido por primera vez en una semana por el teléfono interno de su habitación y ya toma líquidos. Según explicó ayer la portavoz de Teresa y su marido, la auxiliar está deseando volver a trabajar y seguir luchando contra el ébola ahora que tiene los anticuerpos.

No todo en un comité de crisis es tan espectacular como lo retratan las películas o las series de televisión norteamericanas, que tanto nos han hecho especular con la trastienda del Ala Oeste de la Casa Blanca. Y es que, ante grandes crisis, como la del ébola –de momento controlada y con escasísimas probabilidades de nuevos contagios–, la realidad suele ser mucho más de andar por casa de lo que pudiera parecer. Con retos a veces absolutamente insospechados pero que se convierten en necesidades vitales para quienes los reclaman.

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