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Andrés Piedrahita sigue comiéndose Madrid a pesar de los agujeros creados con Madoff
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EC

Andrés Piedrahita sigue comiéndose Madrid a pesar de los agujeros creados con Madoff

Andrés Piedrahita vuelve por donde solía. La cara española del caso Madoff ya no guarda luto por sus andanzas como propagador del fraude entre los ricos de la capital.

Andrés Piedrahita vuelve por donde solía. La cara española del caso Madoff ya no guarda luto por sus andanzas como propagador del fraude entre los ricos de la capital. El financiero colombiano hace tiempo que despacha de nuevo en una oficinita del Paseo de la Castellana, su centro de operaciones para remontar en los negocios y para tejer una nueva red de relaciones que le permita disfrutar de la exclusiva agenda de clientes de antaño.

Dicharachero y bromista, el rico agente financiero se deja ver con frecuencia por los sitios de moda en Madrid. En este sentido, la meca de los lugares para ir y cumplir cuota de notoriedad es el restaurante Ten con Ten, en las inmediaciones de la Plaza de Colón (calle Ayala), donde Andrés Piedrahita ejerce de comensal con bastante frecuencia, a pesar de lo concurrido y solicitado del exitoso sitio montado por Marta Seco y Sandro Silva.

Como se trata de comer y ser visto a partes iguales, las escapadas de Piedrahita al Ten con Ten tienen mucho de reinserción social a lo high clase. Vuelve a estar aceptado entre los suyos, a pesar del dinero que hizo perder a muchos al principio. Un fraude como el de las preferentes, sólo que para los muy ricos, que el citadosaldó tirando de chequera para recuperar así el favor de sus clientes y amigos de yate, esquí o cacería.

Pasados los años, aunque no tantos, sorprende ver a Piedrahita de nuevo en plenitud de facultades. El colombiano disfruta siendo el centro de atención, a la vista de todos, ejerciendo de anfitrión con sus compañeros de mantel, atendiendo a los conocidos que se acercan para saludar y despidiéndose del Ten con Ten como si fuera uno más de la familia. Queda claro que las relaciones son la base de su negocio y eso no lo llegó a perder.

Andrés Piedrahita vuelve por donde solía. La cara española del caso Madoff ya no guarda luto por sus andanzas como propagador del fraude entre los ricos de la capital. El financiero colombiano hace tiempo que despacha de nuevo en una oficinita del Paseo de la Castellana, su centro de operaciones para remontar en los negocios y para tejer una nueva red de relaciones que le permita disfrutar de la exclusiva agenda de clientes de antaño.