La cara pobre de la Administración: funcionario y camarero, cantante, músico...

Igual usted cree que ser funcionario es tener la vida resuelta. Y lo más probable es que tenga razón. Pero hay algunas excepciones que confirman la norma. Hay trabajadores de la cosa pública que, entendemos que para llegar más fácilmente a fin de mes, compaginan su actividad pública con otros empleos.

El Portal de Transparencia recoge nada menos que 587 resoluciones de visto bueno a trabajadores estatales que han pedido compatibilizar su trabajo con otras actividades. Vienen a formar algo así como la antítesis de los once ‘galácticos’ de la Administración, con sueldos que cuadruplican los del presidente del Gobierno. Hay 30 camareros, 40 profesores, hasta 30 cantantes y personal de casi cualquier oficio existente.

Si entre aquella élite económica se encontraba el teniente general Ángel Mazo Dapena (118.000 euros anuales para representar a España ante la ONU y la UE, no exactamente la primera línea de combate), en la cara ‘pobre’ de la Administración están 83 de sus subordinados. Es el caso de I.A.G., que trabaja como ayudante del Ejército del Aire cerca de León. Quizás, si usted es de la zona, se habrá topado con él, pero sin divisa militar. Es vendedor ambulante. Lo mismo ocurre con J.B.M., soldado y comercial inmobiliario. O con M., sargento que es músico cantante.

Esta práctica no es exclusiva del Ejército. La precariedad del mundo de la investigación científica también hace sus víctimas. Y si no que se lo pregunten a R. A., que cuando sale del Centro Superior de Investigaciones Científicas va al Decathlon de San Sebastián de los Reyes para trabajar como empleada.

No se escapa ningún sector de la Administración. Así es posible que V.B.M. gestione la Confederación Hidrográfica del Ebro y le toque hacer de ayudante de camarero en Monzón, o que un redactor de RTVE abra un restaurante mientras otro de la casa (técnico superior de imagen en Lleida) sea piloto de drones.

Al menos el Portal de Transparencia de la Administración incluye algo que nunca habríamos sabido sin él.