Una reunión de jefes de Estado y de Gobierno ‘a media luz’

¿Se imaginan una reunión de los jefes de Estado y de Gobierno de la UE a oscuras? Pues eso es lo que ha estado a punto de ocurrir por los problemas energéticos que sufre Bélgica. En particular, la capital comunitaria tras el cierre de tres de los siete reactores nucleares y los problemas de suministro a partir de otras fuentes de energía.

Lo curioso del caso es que el riesgo de apagón ha afectado también de forma indirecta a España. El operador del sistema, Red Eléctrica, ha visto cómo sufrían las interconexiones con Francia debido a que el vecino del norte ha tenido que salir al auxilio de sus viejos enemigos, los belgas, con quienes compite, entre otras muchas cosas, para identificar quién inventó las patatas fritas (por supuesto con mejillones).

Pues bien, Red Eléctrica tuvo que apurar recientemente la compra de los 3.000 MW existentes en las subastas de energía celebradas para retribuir por la puerta de atrás a los grandes consumidores industriales.

El riesgo de apagón hubiera afectado, precisamente, a las joyas de la corona de las instituciones europeas, el Consejo, la Comisión y hasta el Parlamento Europeo, cuyo consumo de electricidad es intenso pese a las políticas medioambientales que pregona día tras día. Y es que una cosa es predicar y otra dar trigo. El complejo institucional de la UE sale adelante con una plantilla directa de más de 55.000 funcionarios, a los que hay que sumar los lobbies, el cuerpo diplomático o el enjambre de periodistas que pulula por los palacios bruselenses a punto de quedarse a oscuras.