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El ministro Alonso, a la busca y captura del responsable de la crisis de la hepatitis C
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El ministro Alonso, a la busca y captura del responsable de la crisis de la hepatitis C

Alonso es consciente de que el cometido de Ana Mato era recortar para cuadrar las cuentas que le exigía Hacienda… pero nunca llegando a estos extremos

Alfonso Alonso, nuevo responsable de la cartera de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, anda como un sabueso por los pasillos del Ministerio tratando de dar con el culpable del ‘problemón’ de la hepatitis C. Considera que la gestión de la crisis se ha hecho mal, muy mal, casi peor que la del ébola. En el Ministerio no les llega la camisa al cuello.

Esta ‘caza de brujas’ cobra todavía más relevancia si se tiene en cuenta que hoy lunes, 12 de enero, se creará el comité encargado de elaborar una estrategia integral sobre la hepatitis C que determinará los pacientes a los que se deben prescribir los tratamientos más innovadores. El comité estará coordinado por el hepatólogo Joan Rodés.

Alonso es consciente de que el cometido de su antecesora, Ana Mato, era recortar para cuadrar las cuentas que le exigía Hacienda… pero nunca llegando a estos extremos. El ministro actual se muestra más permisivo a tirar de chequera porque así lo hacen algunos países europeos y porque, no nos engañemos, así se recupera del desgaste de los encierros, de las redes sociales y de la politización. Alonso reconoce que se han quedado solos en esta crisis.

Nadie quiere poner un nombre al culpable. No obstante, algunos en el Ministerio se afanan en señalar a Carlos Lens, subdirector general de Calidad de Medicamentos y Productos Sanitarios, y responsable de lidiar con los laboratorios, como responsable de haber llevado a la situación actual de enfrentamiento de todos con todos.

Alfonso Alonso, nuevo responsable de la cartera de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, anda como un sabueso por los pasillos del Ministerio tratando de dar con el culpable del ‘problemón’ de la hepatitis C. Considera que la gestión de la crisis se ha hecho mal, muy mal, casi peor que la del ébola. En el Ministerio no les llega la camisa al cuello.