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Un accionista, a Cebrián: “A Prisa no la reconoce ni el padre que la parió”
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Un accionista, a Cebrián: “A Prisa no la reconoce ni el padre que la parió”

Varios accionistas minoritarios de Prisa -en su mayoría extrabajadores- reprochan a Cebrián el rumbo de la compañía durante los últimos años y la desaparición del espíritu fundacional de Polanco

Foto: Juan Luis Cebrián, presidente de Prisa (EFE)
Juan Luis Cebrián, presidente de Prisa (EFE)

“Con permiso de la familia Polanco, a Prisa no la reconoce ni el padre que la parió”. Si hay una cosa que más puede encolerizar a Juan Luis Cebrián es que los trabajadores de su maltrecho imperio mediático se revuelvan contra él y le acusen de haber hecho trizas el inmenso legado dejado por el Ciudadano Kane que fue el fallecido Jesús de Polanco, verdadero factótum del grupo que ahora gobierna –con un destino incierto–quien fuera el primer director del diario El País.

Así ocurrió el pasado lunes, durante la junta general de accionistas de Prisa, celebrada en uno de los salones nobles del Teatro Real de Madrid y con inmejorables vistas hacia el Palacio de Oriente. Tras los preceptivos discursos de Cebrián y de su nuevo consejero delegado, José Luis Sainz, se sucedieron varias preguntas planteadas por algunos de los accionistas minoritarios de la compañía que no fueron, en ningún caso, nada complacientes para los oídos de Juan Luis Cebrián, que, sin embargo, sorteó el trance sin pestañear.

La más extensa y la que más metió el dedo en la llaga del máximo ejecutivo fue la que protagonizó Juan Gil, un antiguo trabajador del Grupo que fue, durante años, presidente del Comité Sindical de Prisa, y que reprochó a Cebrián que haya diluido el espíritu fundacional de la empresa hasta dejarla irreconocible. Gil tuvo un especial recuerdo para los 3.500 empleados y periodistas que han salido del Grupo en diferentes ERE a lo largo de los últimos años de crisis y, en una intervención que aplaudida por un buen grupo de accionistas, reprochó a Cebrián que no haya hecho un mayor esfuerzo de compromiso social con los trabajadores que han sufrido su gestión. “Si esto fuera una piscina, no cabrían las lágrimas de esas personas”, dijo. “Si esto va un poquito mejor, que se deje ya de sangrar. En el camino se ha quedado gente y eso también se ha pagado en la imagen del Grupo”. Por último,criticó que Prisa sea “un gran negocio” que se ha convertido en un “grupo económico de influencia que un día estamos con unos y, otro, con otros”.

Cebrián respondió a la ristra de comentarios negativos recordando que él también fue uno de los fundadores del Grupo y que su opinión era tan válida como la expresada por este antiguo representante sindical. Aseguró que seguirá defendiendo urbi et orbi los valores fundacionales de Prisa y añadió que la compañía sigue creando, pese a todo, muchos puestos de trabajo. “Ha habido una pérdida de empleo –dijo–pero este Grupo empezó con 250 trabajadores y hoy tiene entre 10.000 y 11.000 trabajadores”.

Hasta la Junta se acercó también el presidente del Comité de Empresa del País para suplicar a Cebrián que reconsidere la decisión de cerrar cuatro delegaciones territoriales del diario para convertirlas en corresponsalías en las que sólo se quedarán dos periodistas al frente. En este punto, Cebrián no quiso ni ser contemporizador ni ejercer de máximo supervisor del devenir de El País. Y zanjó el tema con un: “Es obvio que este no es el lugar para debatir las relaciones laborales y sindicales”. Cebrián cerró su discurso asegurando que, más pronto que tarde, Prisa y sus accionistas podrán unirse al “brindis coral por el futuro” que estos mismos días se representa en el Teatro Real al compás de La Traviata. Pero por más que quiera brindar por el futuro en positivo, la sombra de los últimos ajustes y el ERE le seguirá persiguiendo, mal que le pese, durante bastante tiempo. Si Polanco levantase la cabeza…

“Con permiso de la familia Polanco, a Prisa no la reconoce ni el padre que la parió”. Si hay una cosa que más puede encolerizar a Juan Luis Cebrián es que los trabajadores de su maltrecho imperio mediático se revuelvan contra él y le acusen de haber hecho trizas el inmenso legado dejado por el Ciudadano Kane que fue el fallecido Jesús de Polanco, verdadero factótum del grupo que ahora gobierna –con un destino incierto–quien fuera el primer director del diario El País.

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