¿Qué tienen en común Esther Koplowitz y Encarnita Polo?

Música para la nostalgia. El pasado jueves, el cantante franco-armenio Charles Aznavour se citó con sus seguidores españoles en Madrid. El mito de la chanson francesa lució sus 91 años con un repertorio de grandes clásicos ante una audiencia entregada que no llenó el antiguo Palacio de los Deportes (Barclaycard Center). Lo de menos era sus nuevos temas, siete décadas en activo le contemplan, el espectáculo era ver actuar a todo un mito de las ‘variétés’.

La capacidad de convocatoria de Aznavour hizo que parte del show transcurriera también a la entrada y salida del concierto, aunque todo de manera muy correcta y medida dado el perfil generacional de la concurrencia. La cuota de famosos y conocidos que desfiló ese día por la Plaza de Felipe II fue moderada para lo que habría sido cualquier época pasada, pero aun con todo hubo cierto pedigrí entre los varios miles de asistentes que tararearon ‘La bohème’.

El protagonismo fue claramente femenino. La nota más divertida corrió a cargo de la empresaria Esther Koplowitz (FCC), que se atrevió a estrenar la temporada veraniega con un espectacular vestido blanco, mientras que el corrillo más popular lo protagonizó la artista sevillana Encarnita Polo (Paco, Paco, Paco…), fiel a su sempiterno flequillo color caoba, sólo reconocible y casi familiar para un público como el que se congregó en la cita de ese jueves.

Las miradas indiscretas y comentarios en voz baja quedaron reservados para otros asistentes. Muy a su pesar, los populares José María Álvarez del Manzano y Pío García-Escudero no consiguieron pasar desapercibidos. El exalcalde de Madrid y el presidente del Senado también quisieron cumplir en el culto al venerado Charles Aznavour, con el que los asistentes mostraron condescendencia y devoción en partes iguales. La nostalgia era el espectáculo.