La fractura social en Cataluña llega hasta las comunidades franciscanas

Una de las consecuencias más graves y más difíciles de combatir del proceso rupturista catalán, impulsado por la burguesía catalana (CDC), los antisistema anarquizantes (CUP) y los independentistas de siempre (ERC), es la confrontación abierta en la sociedad entre los distintos sectores en liza.

Hay numerosos testimonios de esa “fractura social” que se produce también en las propias familias, entre los partidarios de la independencia de España y aquellos que desean que Cataluña continúe formando parte del Estado. Se ha producido también en entidades deportivas como el FC Barcelona, donde numerosas peñas extendidas por todo el territorio catalán denuncian la utilización del club, que cuenta con muchos jugadores que no son catalanes y ni siquiera tienen intereses políticos independentistas.

También ha llegado la gresca a las 'collas', tan determinantes de la cultura catalana, los intelectuales y las universidades. Pero lo que nadie podía esperar es que un tema político llegara al corazón de las comunidades religiosas para enfrentarlas y dividirlas. Ya ocurrió años atrás con los Capuchinos o la propia comunidad benedictina de Monserrat.

Ahora, la división ha llegado a una pequeña comunidad franciscana de Sabadell entre 'españolistas' y 'secesionistas'. Los primeros son frailes nacidos en otros puntos de España que creen que Artur Mas les ha conducido hasta el abismo; por el contrario, los catalanistas sostienen que Cataluña estaría mejor fuera de España. Y todo esto en un convento franciscano cuyo fundador habló del “hermano sol” y de la “hermana luna”, amén del “hermano lobo”.