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Patrimonio tiene miedo del espíritu de Franco
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Patrimonio tiene miedo del espíritu de Franco

Ningún medio ha podido fotografiar las estancias de Franco en el Palacio de El Pardo y el Salón de Columnas del Palacio Real porque el organismo público quiere que dejen de asociarse con el dictador

Foto: Francisco Franco y Carmen Polo, en un acto público en la década de 1970.
Francisco Franco y Carmen Polo, en un acto público en la década de 1970.

Tres décadas y media estuvo Francisco Franco al frente de España, y tres décadas y media residió en el Palacio de El Pardo, situado en el monte del mismo nombre, al noroeste de Madrid. Allí trabajaba, celebraba los consejos de ministros y recibía a las autoridades. Allí casó a su hija y nacieron todos sus nietos, y allí fue operado de urgencia unos días antes de su muerte, en una intervención improvisada, con corte de luz incluido.

En definitiva, en torno a ese edificio giró la práctica totalidad de la vida política de una época fundamental en la historia reciente de España. No es de extrañar que en el 40º aniversario de su fallecimiento, hayan sido muchos los medios de comunicación (siempre ávidos de efemérides) los que han solicitado permiso a Patrimonio Nacional para fotografiar el estado actual de las estancias personales de Franco.

La respuesta, sin embargo, ha sido negativa para todos, ya que Patrimonio quiere que el edificio deje de asociarse con el dictador. El Palacio de El Pardo no tiene nada que ver con Franco, aquí no hay nada que ver, por favor dispérsense. "No es un palacio de Franco, es un palacio de Carlos V", subrayan desde el organismo público para justificar su exclusión de los especiales periodísticos sobre el 20-N.

No es el único lugar del que Patrimonio quiere alejar el espíritu de Franco. Todos los mayores de 50 años recuerdan las largas colas que se formaron junto a la fachada del Palacio Real en la Plaza de Oriente para dar el último adiós al dictador en los días posteriores a su muerte. En aquella fría mañana de noviembre, se instalaron en la zona altavoces que emitían música sacra y cada 15 minutos retumbaba un cañonazo de ordenanza en homenaje al Caudillo mientras miles de españoles accedían al Salón de Columnas, donde estaba instalada la capilla ardiente.

Pero tampoco el Salón de Columnas del Palacio Real puede ser fotografiado hoy en el marco del recuerdo de aquellos días. A juicio de Patrimonio, lo mejor es que todos olvidemos ese episodio y nos centremos en pensar que entre esas cuatro paredes "se firmó la entrada de España en la Unión Europa y cambiamos de rey".

Tres décadas y media estuvo Francisco Franco al frente de España, y tres décadas y media residió en el Palacio de El Pardo, situado en el monte del mismo nombre, al noroeste de Madrid. Allí trabajaba, celebraba los consejos de ministros y recibía a las autoridades. Allí casó a su hija y nacieron todos sus nietos, y allí fue operado de urgencia unos días antes de su muerte, en una intervención improvisada, con corte de luz incluido.

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