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Rajoy se aficiona a las tascas: de la Suprema a El Santo
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Rajoy se aficiona a las tascas: de la Suprema a El Santo

No es de mucho gastar -para que nadie se lo eche en cara en estos atribulados tiempos- pero cada vez más el presidente de los 'populares' se prodiga con los suyos en las tabernas cercanas a Génova

Foto: Mariano Rajoy y la periodista Ana Rosa Quintana. (Telecinco)
Mariano Rajoy y la periodista Ana Rosa Quintana. (Telecinco)

El presidente del Gobierno y del PP le ha cogido afición a llevar a sus invitados y compañeros en Génova de tascas cuando el trabajo se lo permite. Y para hacer gala de ahorro, le ha dado por los templos del comer diario y a buen precio, aunque haya que hacerlo de pie rodeado de carteles taurinos.

Esto es lo que pasó el día 5, cuando el presidente de los 'populares' convocó de urgencia a una comida de pinchos a sus directivos más cercanos de Génova: Cospedal, Arenas, Maíllo... y el propio Pablo Casado que tuvio que salir a la carrera tras atender a la prensa para poder acompañar a su jefe en el bar El Santo, un pequeño local cercano a la sede del PP donde se come rodeado de un ambiente taurino y son especialidades las tortas o los revueltos de la casa, las buenas conservas fritas o los escabeches. Y, como buena taberna que se precie, la cerveza bien tirada.

Desde que Rajoy decidiera salir del plasma y comenzar una nueva etapa de relaciones con según qué prensa, El Santo fue también el escenario elegido para que el presidente del Gobierno pasara una velada con la televisiva Ana Rosa Quintana. Luego llegaría la casa y el futbolín de Bertín Osborne, pero ésa ya es otra historia.

Lo cierto es que a Rajoy le ha dado por invitar en locales no de mucho dispendio, y lo mismo hizo hace meses con el expresidente francés y correligionario galo, Nicolas Sarkozy. Entonces, la elegida fue la Tasca Suprema, hacia donde el presidente de los 'populares' llevó al marido de Carla Bruni a paso firme. Juntos, bajo una decoración bien sencilla, posaron para la foto en una mesa de tasca "de las de toda la vida".

A Rajoy no se le conoce, como a Felipe González en su momento, pasión por una 'bodeguita' en Moncloa. De momento apuesta por las tabernas y los bares de toda la vida. Habrá que ver si lleva a Sámchez o a Rivera a convencerles para que le apoyen la investidura entre doble y dobe y pincho de bravas. Aunque, a día de hoy, en Ferraz no quieren ni oír hablar de compartir ni mantel ni barra.

El presidente del Gobierno y del PP le ha cogido afición a llevar a sus invitados y compañeros en Génova de tascas cuando el trabajo se lo permite. Y para hacer gala de ahorro, le ha dado por los templos del comer diario y a buen precio, aunque haya que hacerlo de pie rodeado de carteles taurinos.

Mariano Rajoy