Aquella portada que iba dedicada a Casillas y el cabezazo de Ramos cambió

La derrota del Real Madrid en Wolfsburgo pilló a contrapié a más de un medio que se las prometía muy felices tras el asalto madridista al Camp Nou. El 2-0 encajado en tierras alemanas trajo a la memoria lo que sucedió poco después de que Godín marcase en la final de la Liga de Campeones de 2014, cuando los responsables del diario 'La Razón' estaban eligiendo protagonista para su portadilla de Deportes. ¿El central uruguayo del Atlético tal vez? Pues no, una foto de Casillas a toda página y un titular que incluyera la palabra culpable.

El ahora portero del Oporto, muy tranquilo desde que se marchó del Madrid, podría contar unas cuantas anécdotas más sobre la persecución que vivió por parte de algunos medios en sus últimos tiempos en su club de toda la vida. Su relación más problemática fue, como de todos es sabido, con Jose Mourinho, aunque no fue el luso quien movió los hilos entre la prensa afín. Eso le correspondió -y sigue correspondiendo- directamente a Florentino Pérez, que ya ha demostrado en diversas ocasiones, incluso en comparecencias públicas, su aversión por los medios.

Por aquellos, claro, que no le doran la píldora ni escriben o hablan al dictado. No es el caso del citado diario conservador, al menos no en los lunes y las ocasiones especiales. En esos días, la sección del diario se queda a medio gas y deja paso a los miembros de 'El Chiringuito', programa de Mega presentado por Josep Pedrerol, cadena del mismo grupo editorial, que el presidente utiliza con frecuencia como altavoz de sus obsesiones. Para dolor, eso sí, de algunos redactores que llevan años en el diario y ven cómo el día más importante para la prensa deportiva la sección queda tomada por los altavoces del presidente blanco.

El interés de Florentino Pérez por controlar los medios es palmario y en esa lucha no importa terminar señalando a miembros del club. Pasó con Pellegrini, con Ancelotti, con Rafa Benítez... pero también con una institución para el club como era Iker Casillas. En aquella tarde lisboeta, al portero le salvó de verse en páginas con una diana metafórica en la cabeza precisamente un cabezazo de su amigo y compañero Ramos y una prórroga lúcida. El central, por cierto, que también sabe cómo se las gasta la presidencia cuando una renovación está en marcha y empiezan a aparecer noticias en prensa en las que se pinta al jugador como un villano.