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Madrid y Barcelona, a puñalada limpia por dominar el videojuego español

Diferentes organizaciones y varios eventos al año organizados cada uno por entidades diferentes. Ese es el panorama actual del videojuego español

Foto: Asistentes frente a un puesto de Nintendo en la Madrid Games Week. (EFE)
Asistentes frente a un puesto de Nintendo en la Madrid Games Week. (EFE)

El reciente anuncio de las dos ferias de videojuegos que se celebrarán en España en otoño, la Barcelona Games World y la Madrid Gaming Experience, es una muestra más de la desunión que existe en el sector. Una industria que se divide entre la asociación que defiende los intereses de las grandes editoras (AEVI), la que agrupa a los grandes estudios de desarrollo (DEV) y una tercera que a duras penas se mantiene en pie y que reúne a los estudios pequeños (PAD). ¿El problema al que se enfrentan? El tejido industrial a duras penas permite lanzar una gran producción, los denominados juegos AAA, al año.

Según AEVI, el cambio de sede a Barcelona de la gran feria madrileña de videojuegos, la Madrid Games Week (a partir de ahora pasará a llamarse Barcelona Games World), fue una decisión que respondía a diferentes factores: la apuesta por Barcelona como 'hub' internacional, la colaboración con la Fira de la capital catalana, que permitía tender lazos de unión con el Mobile World Congress y, por último, un cambio de aires que repartiera el equilibrio de eventos a lo largo del territorio para que Madrid no los monopilizara.

Que España vaya a tener dos grandes ferias de videojuegos en un año es una paradoja si se tiene en cuenta el pobre balance productivo español

Pero las relaciones entre AEVI e IFEMA, organizadora de la feria madrileña, no pasan por su mejor momento, hecho que también explica el cambio de sede. Como IFEMA no quería quedarse sin su parte de pastel, anunció la Madrid Gaming Experience, de la mano de la cadena de tiendas de GAME. En este evento también colabora Gamelab, otra feria que se celebra en Barcelona e impulsada, entre otros, por Gonzo Suárez, veterano con gran recorrido en la industria española.

AEVI, DEV, PAD, ferias en Madrid, Barcelona, Gamelab... ¿no son demasiados nombres? Son solo una muestra de esa desunión que reina en un país en el que ha faltado un gran editor que potenciara la actividad local -FX Interactive lo intentó, a pequeña escala- y donde los mismos estudios pequeños recelan de unirse a DEV, una asociación controlada por grandes nombres de la industria con demasiados lazos en el pasado.

Que España vaya a tener dos grandes ferias de videojuegos en un año es una paradoja si se tiene en cuenta el pobre balance productivo español, aunque las cifras del libro blanco de los videojuegos parezcan decir lo contrario. Ese resumen contaba 400 estudios afincados en España por los 250 de Francia o los 260 del Reino Unido. "Cuando lees eso, te das cuenta de que ni de coña estamos a la altura de esos países", opina un académico que sigue de cerca la evolución del videojuego en nuestro país.

Esos estudios pequeños están agrupados en PAD, siglas de Professional Associated Developers, una asociación que sobrevive a duras penas: "No acaban de funcionar porque necesitan pasta, no cobran cuota y están poniendo dinero de sus bolsillos". Que PAD no vaya de la mano de DEV tiene una explicación, según una fuente del sector: "Cuando se montó, DEV era un coto exclusivo de los grandes estudios, no querían saber nada de los 'indies'. Las empresas se han hundido y se han abierto a los independientes al ver que tenían poder".

Que el 70% de esos pequeños negocios listados por DEV tenga entre uno y 10 empleados da una buena muestra de la fortaleza del tejido industrial español. Un tejido al que le falta liderazgo y le sobran siglas: "Cuando vas a Inglaterra y ves cómo lo tienen montado, te das cuenta de que es otro rollo. En España, la gente de MercurySteam no sabe quiénes son los de Deconstructeam".

El reciente anuncio de las dos ferias de videojuegos que se celebrarán en España en otoño, la Barcelona Games World y la Madrid Gaming Experience, es una muestra más de la desunión que existe en el sector. Una industria que se divide entre la asociación que defiende los intereses de las grandes editoras (AEVI), la que agrupa a los grandes estudios de desarrollo (DEV) y una tercera que a duras penas se mantiene en pie y que reúne a los estudios pequeños (PAD). ¿El problema al que se enfrentan? El tejido industrial a duras penas permite lanzar una gran producción, los denominados juegos AAA, al año.

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