El cambio de escenario en la reunión de Rajoy y Rivera: "¡Que cambien el cuadro!"

Quizá porque era una reunión decisiva -con permiso de Pedro Sánchez- o quizá porque el objetivo era cambiar el ambiente con respecto al encuentro del pasado febrero entre Mariano Rajoy y Albert Rivera... pero la obsesión de 'pesos pesados' de las formaciones políticas por sustituir el cuadro que presidía la sala de la cita del martes fue más que notable. El lunes por la mañana andaban los escuderos de ambos líderes nerviosos por el Congreso ultimando los preparativos. Llamadas, mensajes, recados. "Cada detalle es importante. Hay que cuidarlos", se escuchaba en pasillos del hemiciclo.

Según explican, el cambio de escenario fue "consensuado" para que "no fuera todo igual" y la imagen no resultara repetitiva. Pero, en realidad, la alteración del atrezo no fue tan radical como se empeñan algunos en decir. La clave era el cuadro. "Que lo cambien", insistían desde la cúpula naranja en la jornada previa. Y así fue: los dos dirigentes se reunieron por espacio de hora y media con un grabado de 220x107 del escultor Martín Chirino que lleva por título 'Raíz del viento'. La planta, los sillones, las banderas, la mesita, la posición de la alfombra, el cuadro junto al sillón del presidente en funciones, la mesa con la lámpara en el lado de Rivera... todo permaneció intacto salvo el cuadro principal y la serie de tres grabados en la parte derecha que, sin embargo, no aparecen en la mayoría de las fotografías.

Lo que estaba claro es que el cuadro de Antoni Tàpies bajo el nombre de 'Jeu de Paume' con el símbolo 'sumar' que protagonizó el encuentro hace cinco meses... no era del agrado de algunos para esta ocasión. Y eso que el objetivo de los populares era precisamente ese: sumar los 32 escaños del partido de centro para desbloquear la investidura de Rajoy.

El cambio, en todo caso, era perfectamente posible. Según explican fuentes del Congreso, la sala elegida -donde por cierto el conservador se vio por la tarde con Pablo Iglesias- es una de las estancias 'polivalentes' que, a petición de los grupos parlamentarios, se puede adecuar al evento que acoja. Es decir, los elementos de la sala se pueden mover, añadir, quitar... o sustituir, como fue el caso de ayer.

Y la decoración no fue la única novedad. También Rivera dejó en el armario la corbata y el traje oscuro de hombre presidenciable y se decantó por un dos piezas gris y una camisa blanca de lo más veraniega. Las caras reflejaban menos tensión y más actitud de diálogo. Tal vez porque en esta ocasión el de centro no tenía apalabrado un acuerdo con el rival del popular. Porque cada detalle cuenta.