Es noticia
"¿Quién es esa señora?": la seguridad de Obama no quería a Susana Díaz
  1. España
  2. El Confidente
El Confidente

El Confidente

Por
EC

"¿Quién es esa señora?": la seguridad de Obama no quería a Susana Díaz

La avanzada de seguridad de Obama ultimaba los detalles del aterrizaje en Sevilla cuando vieron en la lista de recibidores... a Susana Díaz. "¿Quién es esa señora que va a saludar al presidente?"

Foto: El presidente de Estados Unidos, Barack Obama (2-d), acompañado por Felipe VI (d) y la vicepresidenta en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría (i), a su llegada a la base aérea de Torrejón. (EFE)
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama (2-d), acompañado por Felipe VI (d) y la vicepresidenta en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría (i), a su llegada a la base aérea de Torrejón. (EFE)

Que la planificación del viaje de Barack Obama a España, como cada salida del presidente de EEUU, fue obsesiva no es ningún secreto. Una treintena de coches blindando al Chevrolet en el que se desplazaba por el paseo de la Castellana, cientos de agentes norteamericanos pendientes del mandatario... y hasta un estudio pormenorizado de los saludos del presidente cuando tomó tierra en Torrejón de Ardoz. Y es que cuando el protocolo lo es todo, cada detalle cuenta.

La tragedia de Dallas interfirió notablemente en la agenda de Obama, que en un principio debía aterrizar en el aeropuerto sevillano de San Pablo y finalmente lo hizo en Madrid. La avanzada de seguridad del inquilino de la Casa Blanca se encontraba ultimando los detalles de la llegada de su jefe a suelo andaluz... cuando salió a relucir la lista de recibidores, denominada comitiva de honor. En primer lugar, el Rey, que recibiría a pie de escalerilla del Air Force One a Obama.

Después, el embajador de EEUU, James Costos, el embajador de España en tierra americana, Ramón Gil-Casares, la vicepresidenta, Soraya Saénz de Santamaría, el introductor de embajadores Juan Sunyé, el director general para América del Norte del Ministerio de Exteriores, Fidel Sengadorta, y el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Ignacio Ybáñez Rubio, entre otros. Al producirse el encuentro en Sevilla, también la presidenta de la Junta, Susana Díaz, estaba prevista en el saludo de la primera línea. Una incorporación que, sin embargo, no cuadró en los esquemas de la delegación americana.

"¿Quién es esta señora que va a saludar a Obama?", se preguntaban los miembros de la avanzada de seguridad. Los altos cargos españoles se empeñaron en explicar que el lugar donde aterrizaría el presidente es una ciudad, la capital de una región española... cuya presidenta era precisamente "esa señora". Pero nada. La delegación de EEUU se negaba: quién era esa señora y por qué tenía el suficiente peso institucional como para saludar al dirigente de la primera potencia mundial junto a altos cargos del Ejecutivo español. No estaban dispuestos y no pensaban consentirlo.

Y fue la matanza en el estado de Dallas lo que cambió el orden de los acontecimientos. Obama aterrizaría finalmente en Madrid. Así que el destino quizás impidió a Susana Díaz haber pasado un verdadero mal trago... el mismo que les evitaron a los altos cargos, al no tener que comunicar a la presidenta andaluza que no podría estar en la primera línea junto al presidente de los Estados Unidos de América. Y eso que el saludo a Díaz no fue lo único que se perdió. En el camino se quedó la visita completa a Sevilla, que contenía la parte más lúdica de su agenda. No hubo flamenco ni visita monumental.

Que la planificación del viaje de Barack Obama a España, como cada salida del presidente de EEUU, fue obsesiva no es ningún secreto. Una treintena de coches blindando al Chevrolet en el que se desplazaba por el paseo de la Castellana, cientos de agentes norteamericanos pendientes del mandatario... y hasta un estudio pormenorizado de los saludos del presidente cuando tomó tierra en Torrejón de Ardoz. Y es que cuando el protocolo lo es todo, cada detalle cuenta.

Barack Obama Torrejón de Ardoz Susana Díaz Soraya Sáenz de Santamaría