El Confidente
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La soledad de la senadora Barberá
La exalcaldesa de Valencia no goza de gran popularidad entre sus compañeros en la Cámara Alta. Pocos son los que hablan con ella después de que abandonase la disciplina del PP
Del cielo a los infiernos. Rita Barberá no atraviesa por su mejor momento político. La exalcaldesa de Valencia ha caído en desgracia dentro y fuera de su partido. De ser centro de atracción mediático por su extraordinario poder en la formación de la gaviota ha pasado a ser foco de críticas y bisbiseos a su paso.
Las horas más bajas de Barberá han llegado tras su incorporación al Grupo Mixto del Senado, después de haber abandonado las filas y la disciplina del PP acosada por la Justicia.
Barberá es ahora senadora de las filas de atrás y su relación con el resto de electos en la Cámara Alta es más bien escasa. Senadores de su propio grupo reconocen que no hablan con ella, unos para no despertar comentarios y otros, simplemente, porque ni siquiera la conocen y solo han tenido trato tangencial con la que fuera un 'monstruo' de la política valenciana.
Solo algunos senadores 'clásicos', y de su comunidad autónoma, siguen teniendo contacto con ella.
Rita Barberá optó por no renunciar a su acta como senadora para, entre otras cosas, no perder su aforamiento. Ese hecho y su nueva ubicación en la sala la han aislado.
Hacerse fotos con Barberá ya no es un trofeo.
Del cielo a los infiernos. Rita Barberá no atraviesa por su mejor momento político. La exalcaldesa de Valencia ha caído en desgracia dentro y fuera de su partido. De ser centro de atracción mediático por su extraordinario poder en la formación de la gaviota ha pasado a ser foco de críticas y bisbiseos a su paso.
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