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Los mítines de pablistas y errejonistas: más ponentes que asistentes
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Los mítines de pablistas y errejonistas: más ponentes que asistentes

Por hastío, indiferencia o simple desafección, la reacción de los militantes de Podemos en la campaña interna previa a Vistalegre II es un síntoma que no presagia nada bueno para el partido

Foto: El líder de Podemos, Pablo Iglesias (i), junto a Tania Sánchez y el secretario de Política, Íñigo Errejón (d). (EFE)
El líder de Podemos, Pablo Iglesias (i), junto a Tania Sánchez y el secretario de Política, Íñigo Errejón (d). (EFE)

La historia se repite, primero como tragedia y después como farsa. La conclusión que Karl Marx plasmó en 'El 18 Brumario de Luis Bonaparte' es un lugar común recurrente entre los podemistas, que vieron primero cómo el líder madrileño Ramón Espinar tenía que desplazar a una cafetería uno de sus actos de campaña a favor de Pablo Iglesias por falta de público, y al día siguiente cómo la diputada Tania Sánchez cancelaba también su mitin a favor de Íñigo Errejón en Cáceres al acudir solo seis personas.

La campaña interna para Vistalegre II satura incluso a la propia militancia, más allá de su evidente hastío por la guerra fratricida en la que se han enfangado Pablo Iglesias e Íñigo Errejón. En el caso del secretario autonómico, el acto que se iba a celebrar el lunes en el madrileño Centro Cultural Puerta de Toledo tuvo más presencia de ponentes (Espinar, los diputados Juanma del Olmo y Noelia Vera y la senadora Pilar Lima) que asistentes.

En el caso del mitin de Tania Sánchez, al que acudió acompañada por Jorge Lago, responsable del 'think tank' del partido, la asistencia se limitó a un total de seis personas. Alrededor de 600 kilómetros de viaje, ida y vuelta, para intentar arañar unos pocos votos o algún titular en la prensa local. Lo primero no salió bien, lo segundo, tampoco: "Batacazo errejonista en Cáceres", tituló 'El Periódico de Extremadura'.

La tensión de la campaña interna en Podemos contrasta con el desinterés que reina entre sus militantes. La duda es si esta reacción se debe al hastío que sienten por el enfrentamiento encarnizado que mantienen el secretario general y su número dos, por indiferencia ante el proceso interno o por simple desafección. Sea lo que sea, nada bueno para los fines de la organización.

La historia se repite, primero como tragedia y después como farsa. La conclusión que Karl Marx plasmó en 'El 18 Brumario de Luis Bonaparte' es un lugar común recurrente entre los podemistas, que vieron primero cómo el líder madrileño Ramón Espinar tenía que desplazar a una cafetería uno de sus actos de campaña a favor de Pablo Iglesias por falta de público, y al día siguiente cómo la diputada Tania Sánchez cancelaba también su mitin a favor de Íñigo Errejón en Cáceres al acudir solo seis personas.

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