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El día que Juan Roig obligó a todos a quitarse la corbata
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El día que Juan Roig obligó a todos a quitarse la corbata

La corbata de Juan Roig fue el símbolo necesario para que todos se alinearan con la nueva hoja de ruta

Foto: Juan Roig, en la presentación de los resultados de Mercadona. (EFE)
Juan Roig, en la presentación de los resultados de Mercadona. (EFE)

Las corbatas tienen un valor simbólico más allá de su utilidad como elemento de moda. Lo sabe bien Juan Roig, dueño de Mercadona, que recurrió a este complemento masculino para explicar a su cúpula directiva los cambios (más o menos drásticos) que pretendía llevar a cabo en el seno de la compañía, pese a tratarse de un modelo de negocio exitoso. Y así fue, aunque no lo imaginarán.

Todo empezó mucho antes de que el pasado mes de febrero presentara en sociedad la nueva vuelta de tuerca diseñada para Mercadona. Hasta llegar a ese punto, el empresario valenciano pasó por un sufrido proceso de gestación, que por momentos llegó incluso a estar atascado. Había pocas ideas nuevas y ninguna era del todo renovadora. Todo era más de lo mismo.

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Y así fue hasta que un día, tras preguntar por qué se hacían las cosas de determinada manera, la respuesta de uno de sus directivos —“Siempre lo hemos hecho de esta manera”— le reafirmó en la urgencia de tomar medidas, aunque para empezar fueran solo simbólicas. A partir de ese día, todos los gerifaltes de Mercadona ya no tuvieron que llevar corbata para ir a trabajar.

El ejercicio, aun siendo muy simple, sirvió a Juan Roig para que los suyos entendieran la importancia de plantearse cuestiones que se dan por sentadas. “A partir de mañana, todos sin corbata”. Era suficiente, lo había dicho el jefe. El cambio —pensar de forma distinta a lo aprendido— era posible, pese a que nadie antes hubiera cuestionado la necesidad de vestir ese complemento.

De ese ejemplo a asimilar el nuevo paradigma, que pasa por renunciar a ganar el máximo dinero posible, hay solo un cambio de mentalidad. La corbata de Juan Roig fue el símbolo necesario para que todos se alinearan con la nueva hoja de ruta. El segundo hombre más rico de España tiene claro que cada cierto tiempo toca sacudir el negocio y pensar en algo contracorriente.

Las corbatas tienen un valor simbólico más allá de su utilidad como elemento de moda. Lo sabe bien Juan Roig, dueño de Mercadona, que recurrió a este complemento masculino para explicar a su cúpula directiva los cambios (más o menos drásticos) que pretendía llevar a cabo en el seno de la compañía, pese a tratarse de un modelo de negocio exitoso. Y así fue, aunque no lo imaginarán.

Juan Roig