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Juan Carlos Rodríguez Ibarra

En Nombre de la Rosa

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A la cabeza o en la cola

Si el PSOE yerra en mayo, ya no habrá tiempo para la enmienda. El drama no pasa por buscar al mejor dirigente, sino por saber dónde y por dónde quiere ir

Foto: La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. (Efe)
La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. (Efe)

Yo sin ti no sé como tenerme

Con el alma en pie

Sin ti me cuesta respirar

El tren pasa una vez

Por ti no volverá.

Esa es una estrofa de la canción de David Bisbal, El alma en pie. No sé quién ni cuándo la compuso pero bien podría aplicarse a Pedro Sánchez y a Susana Díaz a raíz de lo que venimos viendo y oyendo en las últimas semanas.

El tren de los socialistas pasó renqueante hace pocos meses. Tras el descarrilamiento de las elecciones europeas de 2014, algunos de los que ostentaron importantes responsabilidades en el PSOE y en el Gobierno de España recurrieron a Eduardo Madina para convencerle de que él era la persona que necesitaba ese viejo partido para remontar una cuesta que cada vez se presentaba más empinada. Susana Díaz acababa de ocupar la presidencia de la Junta de Andalucía y consideró que ese tren podría conducirlo ella si, en un congreso extraordinario, los delegados la aclamaban para que ocupara el puesto de mando de la organización socialista. Cuando Madina exigió que todos los militantes participaran en dicha elección, surgió la idea de buscar a un tercero que, convenientemente apadrinado, pudiera elevarse sobre quien osó poner piedras en un camino que se había preparado para ser transitado por la nueva estrella emergente andaluza. Como ese otro pecaba de bisoñez, se tiró de Izquierda Socialista, corriente que jamás acatarró a nadie en el PSOE, para que pudiera arrebatarle votos a quien aparecía ante los militantes como el alma más a la izquierda del PSOE y que mejor podía conectar con la militancia. Y así ya hubo tres. Y ganó Pedro Sánchez.

Apenas han pasado seis meses desde la victoria del actual secretario general y los ciudadanos asisten atónitos al cruce de declaraciones y a los mensajes subliminales enviados por quienes deberían guardar un prudente silencio pues, no en vano, fueron ellos los hacedores del actual estado de cosas en el seno del PSOE ¿Quiénes animaron a Madina a presentarse a candidato a presidente del gobierno? ¿Quiénes decidieron abandonarlo para apoyar a Pedro Sánchez?

El orden electoral previsible en España será: elecciones municipales en todos los ayuntamientos españoles y elecciones autonómicas en trece comunidades autonómas en mayo de 2015. Elecciones catalanas en septiembre de este año y elecciones generales en noviembre de ese mismo año. Cuando todo el mundo civilizado arremetía contra Artur Mas por querer adelantar las elecciones en su comunidad autónoma, se oyen tambores de guerra en Andalucía porque quien estaba situada en la última posición para contar votos parece que ha decidido no guardar su turno y, en un sprint sorprendente, pretende situarse en primera posición en los procesos electorales de 2015. Entre esperar a ver qué ocurre en esas citas electorales o pasar a intentar marcar el ritmo desde las elecciones andaluzas adelantadas a marzo, la presidenta andaluza ha preferido esta segunda opción. Ir en la cola tiene el riesgo de que se pueda rodar sobre un firme cada vez más inestable si se van cayendo los que iban por delante. Ir en la cabeza es una apuesta muy arriesgada si, para situarse ahí, se hace a costa de romper el acuerdo que se tenía con los componentes de otro equipo con el que se había firmado un pacto de colaboración hasta llegar a la meta.

Si la opción de romper el acuerdo y adelantar elecciones resultara un éxito para Susana Díaz, tendría las puertas abiertas para intentar hacerse con la candidatura a la presidencia del Gobierno de España por el PSOE; para eso, el tren tendría que volver a pasar (Susana dixit) una vez que hubiera descarrilado el que conduce Pedro Sánchez en estos momentos. Y sólo hay una forma de hacerlo descarrilar: perdiendo las elecciones autonómicas y municipales de mayo próximo.

El paso por las urnas de Susana Díaz puede aminorar o aumentar el grado de ansiedad en el que en estos momentos está inmersa la militancia socialista. Un mal resultado en Andalucía profundizaría más el foso en el que anda metido el PSOE desde hace tiempo. Un buen resultado, que podría conseguirse por el mérito de la candidata, por la crisis de IU en Andalucía y por los errores andaluces de Podemos, daría aire a los socialistas y aumentaría las esperanzas de recuperar parte del terreno perdido, siempre que Susana Díaz decidiera esperar otro tren que no sea el que conduce a la presidencia del Gobierno en noviembre de 2015 o enero de 2016. Tiene juventud para poder esperar consolidando su liderazgo desde la presidencia andaluza.

Si nadie lo remedia, se puede volver a cometer otro error, porque el drama del PSOE no pasa por buscar al mejor dirigente, sino por saber hacia dónde y por dónde quiere ir. No puede ir al sitio donde acampan opciones de derechas porque los ciudadanos no votan socialismo para hacer lo mismo que hace la derecha, pero mejor. Si votan PSOE es para que hagan cosas distintas, de manera diferente y con estilo contrario al que usa la derecha.

Pero da la sensación de que el escenario está preparado para iniciar otra batalla. Hará bien el PSOE en tratar de no volver a equivocarse porque ya no habrá más prórroga. Si se comete un error en mayo, ya no habrá más tiempo para la enmienda. Ha llegado un momento crítico en el que nadie se debería dejar llevar por filias o por fobias, y mucho menos por el miedo proveniente de leyendas urbanas o por lo que dicen que dicen los que todavía no han dicho públicamente ni media palabra. Si fuera cierto lo que dicen que se dice en los mentideros madrileños, sería exigible que lo supieran quienes participaron en una votación en elecciones primarias que no deberían acabar en estafa.

Yo sin ti no sé como tenerme

Susana Díaz Pedro Sánchez Artur Mas