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¡Ganó el viejo!
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Juan Carlos Rodríguez Ibarra

En Nombre de la Rosa

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¡Ganó el viejo!

Si hoy viviera Hesíodo, poeta de la Antigua Grecia, y mirara las listas electorales que los diferentes partidos preparan para Madrid, no repetiría la siguiente frase

Foto: Manuela Carmena, candidata en las primarias de Ahora Madrid para la alcaldía de la capital. (Efe)
Manuela Carmena, candidata en las primarias de Ahora Madrid para la alcaldía de la capital. (Efe)

Si hoy viviera Hesíodo, poeta de la Antigua Grecia, y mirara las listas electorales que los diferentes partidos preparan para Madrid, no repetiría la siguiente frase a él atribuida: “Ya no tengo ninguna esperanza en el futuro de nuestro país si la juventud de hoy toma mañana el poder, porque esa juventud es insoportable, desenfrenada, simplemente horrible.” Si esa siguiera siendo su equivocada opinión sobre la juventud de hoy, podría manifestar su temor si se refiriera a circunscripciones electorales diferentes de la madrileña.

Gracias a la Wikipedia hoy es fácil conocer muchísimos detalles de la vida y milagros de cualquier persona que tenga el más mínimo relieve social. La biografía de casi todo el mundo está en esa enciclopedia que se va construyendo con la aportación de todos, con todos y para todos. Y gracias a esa herramienta, podemos conocer la edad de los principales candidatos madrileños que los diferentes partidos van a presentar en la futura confrontación electoral del próximo mes de mayo. Y así sabemos que Ángel Gabilondo, candidato del PSOE, cumplió recientemente 66 años; que Esperanza Aguirre, candidata del PP, no llega a esa cifra pero le anda pisando los talones al candidato socialista con sus 63 ya cumplidos, cifra no muy alejada de la de Luis García Montero, candidato por IU, que ya alcanza la respetable de 56, que son demasiados para los tiempos que corren en la política española. Manuela Carmena bate el record porque, habiendo sido la última en aparecer como candidata a la alcaldía madrileña, es sin embargo la primera en edad, pues no en vano, con sus 70 años saca casi diez a la señora Aguirre, que, al parecer, es la culpable de que la señora Carmena haya dado el paso al frente para ser candidata por Podemos a esa alcaldía madrileña.

Si se comparan las edades de esos candidatos madrileños con los de otras regiones españolas, por ejemplo la andaluza, que celebrará comicios dentro de una semana, y si se recuerdan las declaraciones de los principales partidos políticos referidas a la efebocracia y la gerontocracia en la política española, podremos concluir dos cosas: o bien que esas formaciones no eran sinceras cuando hablaban de apostar por la juventud en esta nueva etapa de regeneración política -porque, visto lo visto en sus apuestas electorales en la capital de España, la práctica no se compadece con el discurso-, o bien que esa opción por la efebocracia la quieren dejar para las provincias, optandopor la gerontocracia para la capital del Reino.

Los partidos nos deben una explicación: ¿es que no hay jóvenes en Madrid o es que los que hay no reúnen condiciones para ocupar el liderazgo electoral?

Si fuera cierta la segunda conclusión, los partidos nos deben una explicación. ¿Cuál o cuáles serían las razones que les animó a poner en sus cabeceras electorales en la comunidad madrileña a personas de edad tan madura? ¿Es que no hay jóvenes en Madrid o es que los que hay no reúnen las condiciones necesarias para ocupar el liderazgo en un proceso electoral? O acaso la razón radique en el hecho de que los dirigentes de esas formaciones consideren a Madrid tan importante que no se pueden permitir el lujo de poner sus destinos en manos de gente inexpertas y por eso acuden a la veteranía, dejando a los jóvenes para las provincias que, desde siempre, fueron consideradas por la capital como de segunda división.

Y para más confusión, la apuesta por la madurez en Madrid no es la consecuencia de la elección de los candidatos en un proceso de primarias en el que hayan votado los afiliados y simpatizantes, sino que es la decisión unipersonal, en unos casos, o de la dirección, en otros, poniendo en evidencia la tan cacareada democratización del proceso de selección de aspirantes a competir por alcaldías o presidencias de comunidades autónomas. De nuevo, se podría tener la sensación de que las direcciones de los partidos consideran tan importante la capital de España que dejan para las provincias el divertimento de hacer como que se oye a la base a la hora de designar candidato.

De cualquier manera, a este paso, y si nadie lo remedia, las candidaturas electorales madrileñas llevan camino de parecerse cada vez más al antiguo Sóviet Supremo de la extinta Unión Soviética. En Madrid no ha entrado en vigor el Plan Renove que con tanto énfasis se había publicitado.

Desde la madurez saludo efusivamente a tanto veterano que reivindica la experiencia, la sabiduría y la seguridad. Acertarán si a su lado cuentan con el arrojo, el atrevimiento, la osadía y la preparación que conlleva la actual juventud española.

No está de más recordar, para finalizar, que al inicio de la Segunda Guerra Mundial, Hitler contaba con 50 años, Mussolini, con 56 y Churchill con 65. ¡Ganó el viejo!

Si hoy viviera Hesíodo, poeta de la Antigua Grecia, y mirara las listas electorales que los diferentes partidos preparan para Madrid, no repetiría la siguiente frase a él atribuida: “Ya no tengo ninguna esperanza en el futuro de nuestro país si la juventud de hoy toma mañana el poder, porque esa juventud es insoportable, desenfrenada, simplemente horrible.” Si esa siguiera siendo su equivocada opinión sobre la juventud de hoy, podría manifestar su temor si se refiriera a circunscripciones electorales diferentes de la madrileña.

Madrid Ángel Gabilondo Manuela Carmena Esperanza Aguirre