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Cataluña como Puerto Rico
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Pilar García de la Granja

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Pilar García de la Granja

Cataluña como Puerto Rico

Hay división de discursos ante lo que los expertos politólogos creen que hará en los próximos días Artur Mas. El órdago en Madrid fue tan brutal,

Hay división de discursos ante lo que los expertos politólogos creen que hará en los próximos días Artur Mas. El órdago en Madrid fue tan brutal, que la gran mayoría coincide en que el presidente catalán tiene que buscar una salida a la supuesta independencia. A los motivos económicos, de todos conocidos, y a los políticos de integración en la Unión, primero, y en la eurozona después, se le une la coartada semántica. Conviene recordar que el órdago soberanista de CIU ha sido posible gracias a la impagable ayuda del Gobierno de Zapatero y la colaboración del tripartito liderado por Montilla. Ellos aprobaron un plan, el Estatuto de Cataluña, que es la llave para que Cataluña pueda abrir la puerta de las aspiraciones soberanistas.

El ahora presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con enorme  acierto recurrió entonces al Constitucional el Estatuto de Cataluña, y hace unos días decía “no” sin contemplaciones a la aspiración del Concierto económico. Rajoy, en su línea, no se ha opuesto a negociar una reforma de la financiación autonómica el año que viene -la actual no gusta a nadie-, pero una cosa muy distinta es romper con la solidaridad entre españoles. Conviene recordar lo de siempre: en España los impuestos no los pagan los territorios, los pagan las personas físicas y las jurídicas (empresas). En éste sentido hay que decir que la Comunidad de Madrid es la más solidaria de España, y lo es tanto que el próximo objetivo del Ministerio de Hacienda es crujir a sus contribuyentes con más impuestos para seguir siendo solidarios con el resto.

Ser un Estado Libre Asociado no implica soberanía, ni independencia; implica ser, como hasta ahora, una comunidad autónoma y no poder votar en las elecciones generales en España; es más, Cataluña no podría tener ni representantes en el Congreso y en el Senado nacional

Pero volvamos a la “salida al órdago de Mas”. Dicen que el Presidente de la Generalidad busca ser un Estado Libre Asociado (ELA) al estilo de Puerto Rico. ¿Y cómo es un ELA, que le garantizaría a Cataluña de diferente, tendría más autonomía? Es evidente que depende de lo que busque Mas con esta opción, pero, para empezar, Puerto Rico se podría definir como la última colonia de Estados Unidos. Su peculiaridad respecto del resto de estado de la Unión está en el autogobierno, en una Constitución propia y en la incapacidad de sus ciudadanos para votar en las elecciones presidenciales a la Casa Blanca. En realidad, todas las decisiones legislativas que se adoptan en puerto Rico están sujetas a la negociación con el Congreso de Estados Unidos. 

Puerto Rico, al igual que el resto de estados de la Unión, tiene capacidad para recaudar sus impuestos, de los que una parte proporcional van directamente a las arcas federales. La política exterior, la moneda (el dólar), la defensa o el comercio recae todo bajo la supervisión y control del Gobierno Federal. Esto es, a grandes rasgos, lo que es Puerto Rico. Los puertorriqueños son ciudadanos americanos, contribuyen a sus pensiones, pero los residentes en Puerto Rico votan a su Gobernador y no al Presidente de Estados Unidos.

La cuestión: ¿es esto lo que quiere Artur Mas? Es posible, pero ser ELA no implica soberanía, ni independencia, implica ser, como hasta ahora, una comunidad autónoma, y no poder votar en las elecciones generales en España; es más, no podrían tener ni representantes en el Congreso y en el Senado nacional. Ser un Estado Libre Asociado, implicaría desarrollar las actuales competencias que le da el Estatuto catalán, pero los catalanes en ningún caso dejarían de ser españoles. Las relaciones económicas, es cierto, serían bilaterales, lo que implica que habría que negociar con ellos de forma especial los créditos del FROB, el FLA y las partidas para los servicios sociales -y no en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, como hasta ahora-.

Y si esto es así, entonces ¿para qué tanto lío? ¿Para qué un planteamiento de máximos sin salida?, ¿En dónde cabe la supuesta Independencia? El sentido común, creo yo, está más en la dirección de un federalismo fiscal, efectivamente, como en Estados Unidos, en donde haya máxima competencia entre comunidades autónomas. La quiebra del Estado es un hecho, el dinero que demanda Cataluña es el ahorro de los madrileños, que, junto con lo recaudado en ambos territorios, financia los servicios públicos del resto. El concierto vasco- navarro, si en vez de ser una negociación política, se liquidase en base al acuerdo, ambos territorios serían deficitarios. Llegados a este punto, sentido común y búsqueda de soluciones posibles. 

Hay división de discursos ante lo que los expertos politólogos creen que hará en los próximos días Artur Mas. El órdago en Madrid fue tan brutal, que la gran mayoría coincide en que el presidente catalán tiene que buscar una salida a la supuesta independencia. A los motivos económicos, de todos conocidos, y a los políticos de integración en la Unión, primero, y en la eurozona después, se le une la coartada semántica. Conviene recordar que el órdago soberanista de CIU ha sido posible gracias a la impagable ayuda del Gobierno de Zapatero y la colaboración del tripartito liderado por Montilla. Ellos aprobaron un plan, el Estatuto de Cataluña, que es la llave para que Cataluña pueda abrir la puerta de las aspiraciones soberanistas.

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