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¿Qué fue de Moltó? ¿Y de Pepe Pérez?
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Pilar García de la Granja

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Pilar García de la Granja

¿Qué fue de Moltó? ¿Y de Pepe Pérez?

“Cambiar todo para que todo siga igual, o peor”, piensan muchos de las decenas de reformas emprendidas en nueve meses por el ejecutivo de Rajoy. “Cambiar

“Cambiar todo para que todo siga igual, o peor”, piensan muchos de las decenas de reformas emprendidas en nueve meses por el ejecutivo de Rajoy. “Cambiar todo para que, cuando llegue el cambio de ciclo, no volvamos a cometer los errores del pasado”, explican los más cercanos al PP. Independientemente de que lleven razón unos u otros, el caso es que, de momento, todo está cambiando y la actualidad, como tal, no dura más de una hora

Escuchaba atentamente hace unos días a Manolo Pizarro en El gato al agua. Pizarro no es un empresario al uso, ni un abogado al uso, ni un corredor de cambio y bolsa al uso, ni un financiero al uso, ni un político al uso. Lo cierto es que Pizarro nunca ha sido “al uso de nada”. Y frente a la sensación que tenemos algunos de vivir en el 'día de la marmota', aparecía la lucidez de Pizarro. “¿Que cómo se ha hecho la reforma financiera? Rematadamente mal. Uno espera que un cambio de gobierno lleve a cabo políticas distintas -una vez demostrada la catástrofe (financiera) anterior-. No he visto que se exijan responsabilidades a los inventores de las SIPs, ni a los responsables políticos de las SIPs, en donde se decidió juntar peras y manzanas podridas que pudrieron al resto”. Y no falta a la verdad.

Llegados a este punto, una se pregunta dónde quedó el sentido común, la gente normal, esa que cree que la Policía en general es buena, que los médicos salvan vidas, que los profesores enseñan y que no todo cargo electo es un chorizo. Y esa gente está escondida debajo de la mesa, porque el Gobierno no hace lo que prometió como dice Pizarro

En una democracia, cuando las cosas se hacen mal y no se dirimen responsabilidades al nivel que sea y donde proceda, la gente se enfada y con razón. El jueves pasado aparecía el expresidente de CCM, Hernández Moltó, en la presentación del primer volumen de las memorias de José Bono (expresidente del Congreso y dueño de una hípica). ¿Qué fue del hombre que era el máximo responsable de la Caja de Ahorros de Castilla la Mancha y que la quebró junto a su equipo directivo? ¿Se le ha castigado o enviado al ostracismo? No parece. El señor Moltó era responsable, como presidente Ejecutivo, de la gestión directa de la caja. ¿Qué se sabe de José Pérez, el hombre SIP, que junto con el Ministerio de Economía de Salgado y la ayuda inestimable del Banco de España de MAFO, decidieron, impulsaron, forzaron y, finalmente, aprobaron las fusiones frías? Inaudito.

Con el lío de las preferentes pasa lo mismo. ¿Se sabe de algún responsable de que el invento terminara en las manos de los jubilados de España? No. Es más, si nos descuidamos nos colocan a Romana en la CNMV para controlar desde su extraordinaria experiencia bancaria y financiera el devenir de ésta presunta estafa. El Gobierno se ha decidido por Elvira Rodríguez, con experiencia profesional e independiente, para empezar, de Banesto.

Estaremos pendientes de Elvira Rodríguez al frente de la CNMV pero, de momento, ya se la pone verde incluso antes de que supiéramos que existiera una “convención” que tilda de “decadente” a la política española. En esta 'convención de las togas' (entiendo), entran todos: los decadentes del PP, los decadentes del PSOE, los decadentes de IU, los decadentes de Amaiur, los decadentes de CiU, los decadentes de CC, los decadentes en general, que da la casualidad de que los hemos votado. En un acto -ya pensará el juez Pedraz- claramente en decadencia, porque la verdadera democracia es aquella que no se vota, sino que se asume de forma unilateral por el pueblo cabreado y los jueces más listos y justicieros por méritos propios todos, que son algunos de la Audiencia Nacional.

Y no digo que no tenga razón: por la misma regla de tres estamos ante los decadentes jueces, los decadentes periodistas, los decadentes universitarios, los decadentes profesores, los decadentes policías…  Y claro, llegados a este punto, una se pregunta dónde quedó el sentido común, la gente normal, esa que cree que la Policía en general es buena, que los médicos salvan vidas, que los profesores enseñan y que no todo cargo electo es un chorizo. Y esa gente está escondida debajo de la mesa, porque el Gobierno no hace lo que prometió como dice Pizarro, los altos funcionarios no ejecutan sus responsabilidades en las instituciones en las que están, los partidos no limpian sus filas de los chorizos, los jueces quieren ser Gobierno, y el Gobierno está enterándose de las condiciones del BCE de Draghi para pedir el rescate.

Y los que estamos debajo de la mesa, estamos perplejos asumiendo que quizá también estamos decadentes y que no hay más salida que el paraguas hasta que escampe. Como dice Pizarro: “Salir se sale siempre, otra cosa es cómo”.

“Cambiar todo para que todo siga igual, o peor”, piensan muchos de las decenas de reformas emprendidas en nueve meses por el ejecutivo de Rajoy. “Cambiar todo para que, cuando llegue el cambio de ciclo, no volvamos a cometer los errores del pasado”, explican los más cercanos al PP. Independientemente de que lleven razón unos u otros, el caso es que, de momento, todo está cambiando y la actualidad, como tal, no dura más de una hora