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Pilar García de la Granja

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Pilar García de la Granja

Trabajo en Alemania

La crisis comenzó en 2008, y no ha sido hasta 2011 cuando los españoles hemos empezado a ser conscientes de la gravedad de la catástrofe económica. Es más,

La crisis comenzó en 2008, y no ha sido hasta 2011 cuando los españoles hemos empezado a ser conscientes de la gravedad de la catástrofe económica. Es 

más, todavía hay mucha gente que no se lo quiere creer, o no lo quiere ver, o simplemente se niega a aceptar la realidad. Hacer de la crisis una oportunidad es una misión de todos. Esta es la máxima que defiende el presidente de Iberdrola, Sánchez Galán, desde hace meses, y que empieza a calar entre muchos jóvenes españoles que ven en marcharse de España la única salida posible. 

A diferencia de los años 80, en los que la emigración española no era cualificada, muchos de los jóvenes que buscan salidas laborales en el extranjero están altamente cualificados. A otros les faltan los idiomas -y mira que hemos invertido en aprenderlos, pero no hay manera-. En todo caso, Alemania ofrece puestos de trabajo en los que, además, se contempla el aprender el alemán. Y va más allá: Berlín se plantea ofrecer la doble nacionalidad para atraer personal cualificado. Con la germanofobia que se ha instalado en España, sólo los verdaderamente inteligentes serán capaces de aprovechar esta oportunidad. 

Según el estudio sobre los movimientos migratorios que está realizando Carlo Zapponi con datos del Banco Mundial y del Servicio de Inmigración de Estados Unidos hasta el año 2010, y que se pueden ver en www.peoplemov.in, a España llegaron hasta 2010, y fundamentalmente durante los años de la expansión económica, 6.900.547 millones de personas, o lo que es lo mismo, el 14,84% de la población del país. Según el mismo informe, el mayor flujo migratorio llegó desde Rumanía (810.500 personas), seguido de Marruecos (778.000) y, en tercer lugar, Ecuador (519.000). A partir de aquí, el ranking lo continúan Reino Unido (fundamentalmente pensionistas y jubilados), Colombia, Argentina y Bolivia. 

Emigrar puede ser una oportunidad, y, cuando se hace por obligación, porque la situación en España no da para más, ha de ser una oportunidad obligatoria. Podemos pensar que es una tragedia, o podemos afrontar la crisis como “la diferencia que marca la diferencia, y que está en nosotros”Los españoles que se fueron a trabajar fuera de España alcanzan los 1.373.000 hasta el año 2010, y sus destinos han sido Francia, Alemania, Argentina, Estados Unidos y Venezuela. Según este estudio, España habría sido el séptimo país del mundo receptor de inmigrantes, en una lista que encabezan Estados Unidos, Rusia, Alemania, Arabia Saudí, Canadá y Reino Unido, por delante de Francia, Australia e India.

La primera conclusión del informe es que España no es un país de “emigrantes” como se ha querido transmitir; es más, estamos por debajo de la media de otros países de nuestro entorno. Hasta 2010 emigraron de Francia 1.738.000 personas, Italia registró 3.480.000 emigrantes y Portugal, 2.229.620, por poner tres ejemplos. Hasta Finlandia, con 5 millones de habitantes, ha registrado una emigración de 329.000 personas hasta 2010. Lo que deriva en la segunda conclusión: emigrar no es malo. Hasta los países que se ponen de ejemplo de bienestar social, de altísima cualificación profesional, tienen un flujo migratorio importante. De lo que podríamos interpretar que los países top del mundo ven en la especialización, en trabajar en otros estados, una oportunidad que en muchos casos se transforma en riqueza cuando los inmigrantes regresan a sus países de origen

En estos momentos, en la ciudad de Nueva York están cuatro de los hombres más importantes del mundo en sus especialidades, y son españoles. Rojas Marcos es el director del Departamento de Sanidad Mental de la urbe; Jorge Yuste es el director del programa Brain, dotado inicialmente con 100 millones de dólares para estudiar el cerebro. Dirige el estudio desde la facultad de medicina de la Columbia University. Valentín Fuster es uno de los mayores expertos del mundo en cardiología, con una unidad pionera que él mismo ha montado y desarrollado en el Mount Sinai Hospital. Y Santiago Calatrava, además de construir el intercambiador de la Zona Cero (cuya obra le ha supuesto que un arquitecto español por primera vez en la historia tenga la fotografía del carnet de conducir del Estado de Nueva York), acaba de ganar uno de los premios más prestigiosos del mundo en arquitectura por el puente de Calgary.

Aprovechar el conocimiento de los 'genios españoles' que hay en el mundo es la misión fundamental que debería de tener el Gobierno de Rajoy; recoger sus 

experiencias y aplicarlas en España. Personas cuyo talento está siendo incrementado y dotado económicamente fuera de nuestro país, pero que, sin duda, puede tener un retorno importantísimo en España y para España.

Nuestras empresas constructoras son líderes en el mundo en muchas actividades: Ferrovial construye el metro de Nueva York, Sacyr la ampliación del Canal de Panamá. Iberdrola inaugura el viernes en Maine el primer interconector eléctrico entre Canadá y Estados Unidos de la Costa Este. Indra es una de la mayores compañías contratistas de la Administración americana en materia de seguridad y tecnología de la comunicación. Y las empresas más pequeñas también triunfan fuera: grandes cocineros como José Andrés o Dani García, diseñadores como Jaime Mascaró, Ágatha Ruiz de la Prada, Tous, Custo Barcelona, Siona García... 

Emigrar puede ser una oportunidad, y, cuando se hace por obligación porque la situación en España no da para más, ha de ser una oportunidad obligatoria. Podemos pensar que es una tragedia, o podemos afrontar la crisis como “la diferencia que marca la diferencia, y que está en nosotros”.

La crisis comenzó en 2008, y no ha sido hasta 2011 cuando los españoles hemos empezado a ser conscientes de la gravedad de la catástrofe económica. Es