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Ni ETA ni el aborto sirven para ganar votos en el centro: "¡Es la economía, estúpido!"
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Enrique Cocero | José Barros

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Ni ETA ni el aborto sirven para ganar votos en el centro: "¡Es la economía, estúpido!"

Un aluvión de encuestas ha sido la respuesta en los medios a la Reforma de la Ley del Aborto, el proyecto impulsado por el Gobierno y encabezado por el Ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón

En Intención de Voto, mano a mano, cruzaremos encuestas, analizaremos números y contrastaremos hipótesis. ¿Nuestro objetivo?Limpiar y traducir datos pararecabarinformación inédita y relevante sobre la realidadpolítica, y luego contarlo de manera amena a nuestros lectores.

Un aluvión de encuestas ha sido la respuesta en los medios a la Reforma de la Ley del Aborto, el proyecto impulsado por el Gobierno y encabezado por el Ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón. Las encuestas tuvieron su cenit hace un par de semanas: DYM, para El Confidencial; GAD3, para ABC; Metroscopia, para El País; y Sigma 2, para El Mundo. Todas trataban de aclarar lamisma duda –¿cuál es la posición de la sociedad respecto al aborto?–, mientras hacían especial hincapié en qué piensan los votantes del PP ante la posible reforma de la ley.

Varias de estas encuestas señalaban que, entre los votantes populares, la reforma de la Ley del Aborto tiene más detractores que partidarios. Por tanto, trataremos de responder sobre qué beneficio electoral busca el PP con ella.

Una respuesta espontánea a este interrogante sería que el PP busca contentar a su base conservadora. En España, el PP es el principal aglutinador político del centro y de la derecha ideológica. Ahora bien, si nos fijamos en la encuesta de la empresa DYM para El Confidencial, veremos que la respuesta no es tan sencilla como en principio pudiera parecer. DYM señala que sólo el 20% de los que se declaran votantes del PP aprueba la reducción de supuestos. Frente a ellos, casi la mitad de los votantespopularesse muestra favorable a mantener la actual ley, e incluso un cuarto de sus votantes es partidario de ampliar supuestos.

Así, con las encuestas de DYM, Sigma 2 (53% mantendría la ley como está) o Metroscopia (57% piensa que no es necesaria) en la mano –todas apuntan a una conclusión similar–, da la impresión de que el PP, por contentar a sus votantes de derecha, perdería a muchos más por la zona del centro y que, por lo tanto, su estrategia, en términos electorales, no es acertada. Sin embargo, para comprender la realidad social, hay que asumir otro factor que ninguna de estas encuestas ha señalado: nos referimos al conocimiento de la reforma por parte del ciudadano medio. No está claro que elcommon mansepa con exactitud qué pretende la Ley Gallardón, es decir; qué añade o qué modifica en comparación con la ley de Zapatero. Planteamos esta duda teniendo en cuenta el siguiente dato: según el CIS, tan sólo el 0,2% de la población opina que la legislación sobre el aborto es uno de los temas que le afecta de forma más directa como ciudadano, y aun así no lo considera entre los principales problemas de España. Como tal, este mismo número de personas lo ubica en la tercera posición de su particular lista.

Lo que el ciudadano español tiene claro sobre el aborto –a la encuesta de GAD3 nos remitimos– son dos puntos: la abrumadora negativa de un 86% a que las menores puedan interrumpir el embarazo sin consentimiento paterno; y que la malformación del feto sí debería de entrar en los supuestos que contemple la futura ley. De ahí se deduce que el aborto no sólo es un campo de batalla para el PP. Si el PSOE se empeñase en defender de manera numantina la postura que él mismo hizo ley, puede encontrarse con un triple efecto boomerang: abandono de los votantes más radicales(aproximadamente 500.000)dentro del socialismo que irían a sostener esta postura a IU –mejor el original que la copia-; hastío o desconexión por hablar de un problema que no está presente en la mente de los ciudadanos que abarca su espectro electoral -el real y el potencial-; y rechazo masivo desde el centro del espectro político a su planteamiento.

El Gobierno, consciente de esta situación, sabe que con el anteproyecto de Gallardón ya ha satisfecho a esta base electoral.No volverá a hablar de la ley del aborto hasta el siguiente trámite parlamentario, que será para su aprobación, dentro de diez meses; además, durante este periodo de tiempo, el texto del anteproyecto puede verse alterado. Mientras tanto, el Gobierno seguirá cortejando al votante más centrista; un votante que según el CIS supone un 30% del electorado y que no se moviliza ante temas “fuertes” como el aborto –ante esta cuestión es más bien indiferente–, porque tiene su propia escala de preocupaciones muy focalizada en la gestión de la economía. Este es el verdadero battleground de votos en unos comicios y lo es para ambos partidos.

A nivel electoral, el PP acierta al centrar su discurso político en la recuperación económica. En esta zona, tal y como muestran las encuestas, es donde el PP puede captar la mayor cantidad de votos. Para muestra, el Debate del estado de la Nación del pasado martes 25 de febrero. El centro del discurso de Mariano Rajoy fue el crecimiento económico, las ayudas a las PYMES, el aumento de los presupuestos de la UE hacia España y los datos del paro. El aborto no fue nombrado en el discurso de Rajoy, como tampoco lo fue ETA, y eso que la banda criminal, con la visita de los mediadores, ha retornado al ojo de la opinión pública.

El terrorismo es otra de las preocupaciones clásicas del votante movido por los valores. Es indudable que, tras las excarcelaciones de los etarras afectados por la sentencia de Estrasburgo, la posición del Gobierno se vio debilitada ante este electorado. De hecho, durante las pasadas Navidades, tras una serie de desacuerdos dentro del PP, surgió un nuevo partido –VOX con tres prioridades: política antiterrorista, unidad de España y derecho a la vida. El propósito de VOX es adueñarse de este grupo de votantes del PP. Sin embargo, con la reciente detención de terroristas y la posición firme del Gobierno ante la presencia de los mediadores, Rajoy ha mostrado una posición de fuerza y se ha recuperado así del revés electoral sufrido a cuenta de la derogación de la doctrina Parot.

En resumen: ¿cuándo podrá decir el PP que ha cubierto las expectativas de la base de sus votantes fundamentados en valores? El CIS nos ayuda a encontrar la respuesta. El aborto se identifica como un problema que afecta a los españoles de manera más personal que social, y esto, de por sí, no arroja una postura concreta ante la reforma de Gallardón. Resulta significativo que, para los españoles, el terrorismo sea un problema mucho más grave que el aborto. De hecho, según el CIS, lo es hasta siete veces más. Desde el punto de vista electoral, la reciente actitud del Gobierno ante ETA, unida a su postura en pro de la cohesión de España, bastaría para mantener satisfecha a la base conservadora del PP.

*José Barroses periodistayEnrique Cocerofundador de la consultora de análisis 7.50

En Intención de Voto, mano a mano, cruzaremos encuestas, analizaremos números y contrastaremos hipótesis. ¿Nuestro objetivo?Limpiar y traducir datos pararecabarinformación inédita y relevante sobre la realidadpolítica, y luego contarlo de manera amena a nuestros lectores.

Barómetro del CIS Alberto Ruiz-Gallardón Mariano Rajoy
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