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Resacón electoral: del "anoche triunfé" al "¿y mi cartera?"
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Resacón electoral: del "anoche triunfé" al "¿y mi cartera?"

El presidente del Gobierno ha aguantado hasta el final sin moverse un milímetro del discurso que iniciara el 21 de diciembre, y esa firmeza le ha resultado favorable

Foto: El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy (d), besa a su mujer tras dirigirse a los simpatizantes del PP la noche de las elecciones. (Reuters)
El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy (d), besa a su mujer tras dirigirse a los simpatizantes del PP la noche de las elecciones. (Reuters)

Un viejo conocido de esta sección y al que debemos mucho nos comentó una vez: "Si Rajoy saca un voto más en junio, solo uno más, se demostrará como el mejor estratega de la escena política española". Lo cierto es que lo teñía de toques progallegos, pero no le faltó razón.

El llamado tancredismo, esperando movimientos ajenos, llenó muchas pantallas, páginas y ondas en una nueva demostración de que Umberto Eco tenía razón cuando, allá por 1984, decía: "¿Qué es un periódico si no un producto, formado por un número determinado de páginas, obligado a salir una vez al día, y en el que las cosas dichas no serán determinadas tan solo por las cosas a decir [...], sino también por el hecho de que una vez al día deberá decir lo suficiente para llenar tantas páginas?".

Extiéndase periódico a medios y opinadores y mézclese con un estado de ánimo alimentado como el oxígeno alimenta el fuego por portavoces parlamentarios y políticos de signo contrario que se reivindicaban a sí mismos y a lo conveniente de sus propuestas a la hora de alcanzar un pacto.

El resultado fueron dos cebos mordidos por el PSOE, un tercer impacto 'in extremis' llamado 'Acuerdo del Prado'.

Tras ello, unas elecciones el pasado 26-J forzadas por un partido que se fundamenta en las hegemonias (tal y como las formulaba Gramsci) y en la generación de conflicto como base de toda conquista. Por supuesto, todos los partidos fueron responsables (a los ojos del otro, claro) de la convocatoria de elecciones, pero las hubo y el resultado no deja muchas dudas.

El viernes anterior a las elecciones, hablábamos aquí del punto de partida real de cada partido en función de que la confluencia IU+Podemos se hubiera dado en diciembre. Pues bien, al gráfico aquel será necesario añadirle el resultado de hace dos semanas.

Este es el escenario global. La foto completa. Como toda foto completa, admite distintas lecturas, pero es lo que hay a nivel de escaños. A lo mejor nuestro viejo y admirado amigo tuviera razón y Mariano Rajoy no solo haya sabido manejar los tiempos, sino también atraer votantes dejando que le criticaran de forma continuada mientras respondía con silencio.

Al contrario que Artur Mas y cierto discurso independentista, que explota cualquier oportunidad para mostrar las llagas de "la última agresión", el presidente del Gobierno ha aguantado hasta el final sin moverse un milímetro del discurso que iniciara el 21 de diciembre, y esa firmeza le ha resultado favorable.

Bueno, esa firmeza, un pormenorizado estudio de provincias que ofrecían oportunidad de ganancia y haber pasado dos semanas de localidad en localidad, jornadas en las que ha llegado a visitar tres sitios distintos en un mismo día.

Mariano Rajoy no solo ha sabido manejar los tiempos, sino también atraer votantes dejando que le criticaran de forma continuada mientras respondía con silencio

Al igual que en las campañas americanas, no solo importa lo bueno que sea tu análisis de datos. Si es bueno, hay que ponerlo en práctica, y se pone en práctica saliendo a la calle y aplicando el principio del 'retail': hablar al votante a la cara y saber de qué quiere hablar, algo que lleva funcionando al otro lado del charco desde la época de Lincoln.

Hoy se combina con Twitter y Facebook, y hay varios ejemplos de aplicación sobresaliente de estos canales, pero el principio es el mismo y la parte más relevante es ver al candidato en la calle, algo que además va a salir en prensa tradicional y que se puede explotar en redes sociales.

Hemos hecho un sencillo ejercicio de cálculo electoral. Hemos considerado los resultados del 20 de diciembre como si la confluencia hubiera estado activa entonces y hemos calculado el esfuerzo que, por cada provincia, le hubiera costado a cada partido lograr un escaño más (eje horizontal) y lo hemos cruzado con el resultado obtenido aquel día (eje vertical).

Un 40% de esfuerzo para un partido no significa un 40% más de votos. Implica lo lejos o cerca que está respecto a otros partidos de lograrlo en función de cómo se quedó de lejos en la elección y de su trascendencia en esa provincia frente al resto de partidos.

Arrancamos con Coruña.

Como vemos en la leyenda, el círculo es el estudio de esfuerzo vs. resultado del 20-D, y la línea es el resultado del 26-J.

En la provincia gallega, el PP no era quien más fácil lo tenía para ganar ese diputado, sino que era Podemos (que en Galicia ya corría con IU en diciembre). El PP aumenta cinco puntos el resultado y gana un diputado que lo pierde quien estaba más cerca de perderlo, Ciudadanos, bajando apenas medio punto.

En Santiago y Pontevedra estuvo el día 16 de junio, en el que también visitó Asturias. Aunque en todas estas provincias ganó más votos, solo incrementó escaño en la de nuestro gráfico.

Próxima parada: Alicante. Otros cinco puntos de diferencia. Un diputado más cuando Podemos era, de nuevo, quien más fácil lo tenía. Por poco, pero más fácil. El PSOE levanta ocho décimas, pero el PP consigue arrebatarle uno de los diputados que obtuvieron los socialistas.

Mariano Rajoy abrió en Alicante la campaña el viernes 10 y la cerró en Valencia dos semanas más tarde. En ambas ganó un diputado. De hecho, el de Valencia fue el escaño plus que esa provincia ganaba estas elecciones por cuestiones de censo a costa de León. El diputado de León que dejaba de existir lo perdía Ciudadanos.

En Almería, vemos varias peculiaridades.

Primero que, de nuevo, el PP gana cinco puntos (el total en el territorio nacional fue +4,32 puntos) y un diputado. Pero en este caso quién más fácil tenía perder el diputado era Ciudadanos. ¿Qué ocurrió? Que Podemos pierde, con respecto a lo que hubiera sido en diciembre bajo el escenario de una confluencia, casi 11.000 votos (-3,2 puntos).

Es más; la provincia por la que competía el ex-JEMAD Julio Rodríguez (esta vez), ha incrementado solo 200 votos en junio sobre lo que Podemos sin coaliciones logró en diciembre.

Almería es una de esas provincias que incorporar a la lista de "pendiente de revisar' de las confluencias. En 'zonas del cambio' como Madrid (Comunidad), Podemos ha perdido dos diputados y 244.444 votos: de ellos, 109.000 en la capital. Cádiz capital, cerca de -3.500 votos. En Valencia (Comunidad), más de 75.000 votos perdidos.

Esto que presentamos no es un ejercicio de "el mal nunca triunfa", sino evidenciar que lo que hace unos meses nos parecía una estrategia envidiable, que marcaría una época, se ha mostrado errónea o, al menos, su evolución para unas segundas elecciones seis meses más tarde.

Mientras Mariano Rajoy sigue en la misma línea de no cejar. Si en la primera intentona se basaba en "nadie ha querido pactar conmigo", ahora el mensaje es "no voy a dejar de hablar con nadie". Su triunfo es no variar su actitud. No mutó de enero a junio y no parece que vaya a mutar de junio a la formación de un nuevo Gobierno. Mientras el resto de partidos se ha comportado como una telenovela de las que ponen al mediodía después del telediario, el Sr. Rajoy ha cambiado de canal en esa misma franja y se ha mostrado como 'Saber y Ganar'.

Un viejo conocido de esta sección y al que debemos mucho nos comentó una vez: "Si Rajoy saca un voto más en junio, solo uno más, se demostrará como el mejor estratega de la escena política española". Lo cierto es que lo teñía de toques progallegos, pero no le faltó razón.

Mariano Rajoy