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El último puente entre España y Cataluña
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Gonzalo López Alba

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El último puente entre España y Cataluña

Evitar el enfrentamiento electoral entre el PSOE y el PSC es el objetivo compartido por las direcciones de los dos partidos ante la renegociación de sus cláusulas

Evitar el enfrentamiento electoral entre el PSOE y el PSC es el objetivo compartido por las direcciones de los dos partidos ante la renegociación de sus cláusulas matrimoniales, pero nada se descarta: “Ni ellos ni nosotros queremos romper, pero a veces se rompe aunque no se quiera”. El “derecho a decidir”, que la dirección del PSC considera irrenunciable y la del PSOE inasumible, se ha incrustado como una cuña de acero en la madera ajada de la alianza entre los dos partidos, que reconocen la “extrema gravedad” de su crisis.

El abanico de opciones que se manejan como alternativa al divorcio va desde seguir casados, pero haciendo cada uno la vida por su cuenta, hasta recomponer la relación limitándose a formalizar el reconocimiento del “derecho a la discrepancia” (la infidelidad puntual) y la forma concreta de resolverla si el diálogo no permite superar esa discrepancia (el resarcimiento de la otra parte).

En el PSOE y en el PSC hay mucha gente partidaria de la ruptura, pero hay también muchos decididos a evitarla, convencidos de que, como ha subrayado Elena Valenciano, constituyen “el último puente” entre España y Cataluña, pero no podrán presentarse como adalides de su reconciliación si no logran entenderse entre ellos.Alfredo Pérez Rubalcaba y Pere Navarro son los más interesados en evitar el cisma, a partir de una premisa común: “Si les va mal a ellos, nos irá mal a nosotros”.

Algunas proyecciones demoscópicas (La Vanguardia, 25-2-13) apuntan que, en competencia electoral, en lugar de los 14 diputados que ahora aporta, el PSC sólo conseguiría 4 y el PSOE, 11. Otros estudios, sin embargo, subrayan que el 80% de los votantes del PSC-PSOE son partidarios del derecho a decidir (lo que no debe traducirse como partidarios de la independencia). Y esto choca con que el 90% de los españoles lo rechazan, de modo que los ‘barones’ con perspectivas de ganar en las elecciones autonómicas de 2014 no están dispuestos a que sus expectativas se vean “penalizadas” por la posición del PSC.

El PSOE mantendrá vacante el puesto de Zaragoza y no prevé expulsar al PSC de su Ejecutiva, pero descarta que tenga grupo propio

La necesidad de renegociar las cláusulas matrimoniales latía en ambos partidos desde hace mucho tiempo, aunque se ha ido aplazando porque, hasta el martes, la discrepancia nunca se había traducido en una quiebra de la disciplina de voto en el Grupo Parlamentario Socialista. Desde el martes, se ha vuelto insoslayable. Y esto ha ocurrido, de forma tan paradójica como alarmante, cuando el PSC está dirigido por “lo más PSOE” que queda en aquel partido y, según se advierte desde Ferraz, “con la dirección del PSOE más pro-PSC que pueda haber”.

Quizás haya sido por este juicio que, a pesar de que la crisis estaba cantada, esta ha estallado sin que hubiera un plan para hacerle frente. Esto hace que casi cada militante tenga su fórmula: el modelo alemán CDU-CS, una coalición electoral pero con un único grupo parlamentario en su Congreso de los Diputados; el modelo navarro PP-UPN, en el que el PP retira su marca de Navarra, pero UPN integra a sus diputados en el Grupo Popular; la refundación de la federación catalana del PSOE, pero concurriendo a las elecciones en coalición con el PSC; el modelo de CiU…

Rubalcaba y Navarro se blindan

Rubalcaba y Navarro han ganado tiempo con sus primeras reacciones y ahora intentan enfriar la crisis y templar los ánimos, lo que prefigura un cierto compás de espera, aunque los teléfonos arden desde el lunes pasado, cuando el PSC comunicó al PSOE lo que ocurriría al día siguiente en el Congreso.

El secretario general del PSOE, como adelantó El Confidencial, ha optado por conjugar “autoridad” y “entendimiento”, por este orden temporal. La salida del representante que el PSC tenía en la dirección del grupo parlamentario le ha permitido escenificar un ejercicio de “autoridad y disciplina”, que ahora le da margen para abrir la fase de búsqueda del entendimiento.

La circunstancia de que el damnificado haya sido José Zaragoza ha facilitado la digestión por el PSC, porque el que fuera número dos con José Montilla había sido enviado a Madrid como cabeza de puente con vistas al fallido liderazgo nacional deCarme Chacón y, aunque fue el artífice del triunfo de Navarro en el último congreso del PSC, el embrollo sobre la contratación Método 3 durante su etapa como secretario de Organización ha puesto algo más que distancia física entre él y su primer secretario, quien llegó a asegurar que el PSC ni tenía facturas ni había contratado nunca ningún servicio de la agencia de detectives que está en el epicentro del espionaje político en Cataluña.

El planteamiento de partida de Rubalcaba es ir a un modelo “lo más parecido” posible al establecido por el protocolo de 1978, pero recortando autonomía al PSC cuando este quiere aumentarla. Así, para el líder del PSOE la posibilidad de que los socialistas catalanes dispongan de grupo propio en el Congreso se ha convertido en “una línea roja”.

La crisis se ha cobrado dos víctimas que eran incómodas para ambos líderes socialistas

Pero, como gesto de buena voluntad, Rubalcaba ha decidido dejar vacante el puesto que ocupaba Zaragoza hasta ver cuál es el desenlace de la crisis con el PSC. Si hay acuerdo, el PSC volverá a la dirección del grupo parlamentario. Y, “en principio”, no considera la posibilidad de expulsar de la Ejecutiva del PSOE a los dos representantes del PSC.

Al gesto de autoridad de Rubalcaba, aunque desde el PSC se sostiene que fue Zaragoza quien tomó la iniciativa de renunciar para evitar que su persona se convirtiera en un conflicto político, le ha seguido otro de Navarro ante el sector soberanista que lo mantiene en vilo: la declaración del jueves, en la que advierte que Chacón no podrá volver a ser candidata con el PSC si no asume el derecho a decidir que figura en su programa.

De esta forma, Rubalcaba y Navarro han conseguido un cierto blindaje frente a los más belicosos en sus filas: la vieja guardia en el PSOE y los soberanistas en el PSC.

Chacón, la víctima

Y, de paso y sin mancharse las manos, han visto cómo la crisis ha tenido como víctimas inmediatas a dos personajes que les resultaban incómodos: Zaragoza para Navarro y Chacón para Rubalcaba.

La exministra, en su loable afán de ser coherente con lo que ha venido defendiendo, pero también guiada por el propósito de no romper con el PSC ni con el PSOE, se ha quedado en tierra de nadie y su cotización ha bajado a la par en las dos bolsas socialistas. Resulta demasiado maquiavélico pensar en un plan conjunto diseñado por Rubalcaba y Navarro, pero si así hubiera sido no les habría podido salir mejor.

Lo malo es que no resuelve el problema de fondo y el PSC se apresta a abrir una vía de escape para Artur Mas llevando al Parlamento catalán la misma propuesta de resolución a favor de un referéndum con la que CiU le hizo una encerrona en el Congreso. La cuña se sigue hundiendo.

Evitar el enfrentamiento electoral entre el PSOE y el PSC es el objetivo compartido por las direcciones de los dos partidos ante la renegociación de sus cláusulas matrimoniales, pero nada se descarta: “Ni ellos ni nosotros queremos romper, pero a veces se rompe aunque no se quiera”. El “derecho a decidir”, que la dirección del PSC considera irrenunciable y la del PSOE inasumible, se ha incrustado como una cuña de acero en la madera ajada de la alianza entre los dos partidos, que reconocen la “extrema gravedad” de su crisis.