González reivindica el bipartidismo ante el riesgo de que resurjan “los salvadores de la patria”

En el revival de expresidentes de las últimas semanas, ayer tocó el turno de Felipe González. El político socialista que gobernó España durante casi 14 años (1982-1996), después de UCD y antes que el PP, reivindicó las virtudes del bipartidismo durante la presentación del “Informe sobre la democracia en España 2013”, elaborado por la Fundación Alternativas, cuyo laboratorio de ideas dirige la socióloga Belén Barreiro, exdirectora del Centro de Investigaciones Sociológicas. En la primera fila asistió a la presentación Carme Chacón, y aunque el acto estaba exento de carácter partidario, también lo hicieron otros exministros, como José María Maravall, Javier Moscoso y Mercedes Cabrera, o el diputado Diego López Garrido.

Una de las conclusiones del informe, cuya elaboración ha dirigido el periodista Joaquín Estefanía, es que si el PP está 'tocado', el PSOE está 'hundido', hasta el extremo de que para encontrar un nivel tan bajo de intención de voto declarada al principal partido de la oposición (inferior al 15%) hay que remontarse a los tiempos de Antonio Hernández Mancha al frente de Alianza Popular, la marca de la que nació el PP.

El presidente de la fundación, Pere Portabella, que ha desempeñado cargos en la dirección de Iniciativa per Catalunya (ICV), consideró positivo el escenario de un Parlamento más plural y le puso el trapo a Felipe González para que hablara de la decadencia del bipartidismo. El expresidente, como acostumbra, no rehusó el envite. Primero lo abordó con una mezcla de ironía y profecía: “El bipartidismo es malísimo, pero cuando lo liquidemos, reclamaremos que haya un factor de estabilidad… si los partidos espabilan”. Después, echó mano de la experiencia comparativa para subrayar que una alternativa “de gobierno de coalición con ocho partidos no garantiza una mejor respuesta a los compromisos electorales ni más capacidad de control de la acción del Gobierno”. Al contrario, “lo que la experiencia dice en Europa es que los Gobiernos de coaliciones múltiples son mucho menos controlables”.

Más que una crisis del bipartidismo, que reconoció como “evidente” en España, para González lo que hay es una “crisis de la democracia representativa”, un fenómeno que es “muy general” y que aparece vinculado a la “crisis de elites de referencia”. De hecho, el informe de la Fundación Alternativas, cuyo expresivo título es “Un salto hacia atrás”, refleja un importante retroceso en la valoración de nuestra democracia, a la que se otorga una puntuación de 5,2 (un punto menos que en 2008, retroceso que se ha concentrado en 2012). Un creciente y acentuado desencanto que, según Estefanía, nos sitúa al borde de convertirnos en una “democracia fallida”.

El reto de los partidos

Aboga por regular mediante ley las primarias en todos los partidos y alerta contra “los salvadores de la patria”González matizó que su reivindicación del bipartidismo y sus recelos hacia la democracia directa no implican que no sea necesaria “una reforma seria del funcionamiento de los partidos” o que él defienda mantener las listas electorales cerradas y bloqueadas. Al contrario. Así, sostuvo que los partidos, “o se abren o tienen muy mal futuro”.

En este contexto, defendió que el procedimiento de las primarias para la selección de los candidatos “se debería introducir en todas las formaciones políticas y, por tanto, por ley”. No dijo que sea de su agrado ni que le parezca el mejor sistema para resolver la crisis de liderazgo del PSOE, sino (implícitamente) que debiera generalizarse para dar satisfacción a las demandas de mayor participación y (explícitamente) “para que no se diviertan unos diciendo que otros se pelean”.

Ante el escenario de decadencia del bipartidismo y crisis de la democracia representativa, González alertó sobre el peligro de alternativas de corte populista y el resurgir de “los salvadores de la patria”. “Algunos ya se ofrecen por ahí… Da miedo”, apostilló en clara referencia a José María Aznar. En cuanto a su posición personal, tras bromear con que “aún me quedan 20 años para madurar como Napolitano” (el casi nonagenario político italiano reelegido en marzo como presidente de la República), subrayó con carácter general que ese tipo de segundas partes no le parece “ni bueno ni necesario”.

El déficit a la carta

Defiende el déficit a la carta para las comunidades autónomas, pero “sin los argumentos de Mas”Como acostumbra, el expresidente dejó también algunas píldoras sobre cuestiones controvertidas. Así, dijo que Mariano Rajoy “no ha cambiado su programa, lo ha olvidado”; y sostuvo que España está sometida a “una intervención de low cost” (100.000 millones para los bancos frente a los 500.000 en los que calculó el coste de una intervención a la portuguesa). Pero en lo que más se extendió fue en la defensa del déficit a la carta para las comunidades autónomas.

“¿Es una defensa de la posición de Cataluña? Sí, sin los argumentos de Mas”, precisó. A su juicio, no es sólo Cataluña, sino todo el arco mediterráneo el que necesita disponer de más tiempo para alcanzar el objetivo fijado, la misma flexibilidad que España reclama ante la Unión Europea sin cuestionar el objetivo final. “Es irracional pedir un déficit igual para todos y lo irracional conduce a la catástrofe”, sentenció, tras recordar que el lugar donde se pagan los impuestos no siempre coincide con el lugar donde se genera la riqueza.