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El PSOE entona el 'mea culpa' por la crisis
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Gonzalo López Alba

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El PSOE entona el 'mea culpa' por la crisis

Es la primera vez que el partido de Alfredo Pérez Rubalcaba hace una autocrítica global y por escrito sobre su actuación ante la situación económica

Foto: Alfredo Pérez Rubalcaba, en una foto de archivo. (Efe)
Alfredo Pérez Rubalcaba, en una foto de archivo. (Efe)

Cinco años después del estallido de la crisis y dos de la derrota en las elecciones de 2011, el PSOE entona su mea culpa por la situación económica de España. No es la primera vez que su secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, se desmarca e incluso critica aspectos de la política económica de José Luis Rodríguez Zapatero, pero sí la primera que el partido hace una autocrítica global y por escrito.

Debimos prever la crisis, prepararnos para combatirla, explicarla en su profundidad y enorme gravedad, y poner al país en la vigilia de un largo y costoso esfuerzo colectivo”, se puede leer en la ponencia que el PSOE debatirá en su Conferencia Política, convocada para el mes en el que, precisamente, se cumplirá el segundo aniversario de su expulsión del Gobierno, como si de un mojón catártico se tratara.

El PSOE se plantea la pregunta “¿Qué no hicimos bien?”. Y en su respuesta concreta cuatro cosas: “a) Hubiera sido deseable anticipar una progresiva y controlada reducción de los desequilibrios que estaba produciendo la burbuja inmobiliaria. b) Debimos profundizar en el reparto equitativo de los esfuerzos ante la crisis. Quizás faltaron reformas fiscales y actuaciones ejemplarizantes en el ámbito de la responsabilización de la crisis y en la persecución de actuaciones intolerables en el ámbito financiero (indemnizaciones, blindajes, etc.). c) Debimos haber acelerado el proceso de saneamiento del sistema financiero, exigir más transparencia y mejor gobernanza a sus gestores. d) No dimos una explicación pública convincente de la reforma de la Constitución que consagró la regla de la estabilidad fiscal con el fin de transmitir seguridad y solvencia a tenedores de la deuda española”.

placeholder Zapatero y Rubalcaba, en una imagen de archivo. (EFE)

En el documento se aprecia claramente el intento de diferenciar entre los dos mandatos de Zapatero. Las luces se encienden en el primero, con las políticas de igualdad y expansión de los “derechos civiles de última generación”, mientras que las sombras se proyectan en el segundo, aunque la mayor crítica que cabalmente cabría hacerle desde la izquierda es que no aprovechó los años de bonanza para hacer una mejor redistribución de la riqueza, si bien puede entenderse que el texto alude a ello cuando apunta a la obsolescencia de la política fiscal. Ahora, el PSOE considera “urgente” encontrar nuevas respuestas para una “nueva redistribución”, un debate en el que se encuentra inmersa toda la socialdemocracia.

Las carencias de la izquierda

El documento, de 384 páginas, es el fruto de un trabajo interno en el que, bajo la coordinación de Ramón Jáuregui, han trabajado durante más de un año 500 expertos en diversas materias. No se traducirá en resoluciones de obligado cumplimiento ni será el programa electoral, pero sí sentará sus bases y definirá “una agenda ideológica para los próximos años”, justo cuando los primeros partidos socialdemócratas cumplen 150 años, el neoliberalismo es hegemónico en Europa y el mundo “ha cambiado más profundamente en los últimos 20 años que en los 130 anteriores”. Cuando los nuevos desafíos globales requieren de respuestas globales, pero -como reconoce el texto- la izquierda carece de “organizaciones internacionales adecuadas” y arrastra el estigma de haber aceptado de forma “natural” valores y culturas “contrarias a nuestros ideales”.

Debimos poner al país en la vigilia de un largo y costoso esfuerzo colectivo, señala el texto de la ponencia

En el horizonte de una fuerte fragmentación política derivada de la decadencia del bipartidismo que dibujan todos los estudios de opinión, el PSOE se reivindica como alternativa al Gobierno del PP y advierte contra aquella. “La alternativa de cambio al Gobierno de la derecha en España sólo puede articularse en torno al PSOE”, enfatiza el texto, antes de detallar los peligros del multipartidismo: “Un sistema político fragmentado no favorece la gobernabilidad, la estabilidad y la salida de la crisis. Mayorías inestables, alianzas difíciles y partidos sin experiencia de gobierno no son las mejores cualidades para afrontar estos tiempos de dificultad y de cambio. Explicar esta evidencia a los españoles es tan urgente como necesario”.

Los socialistas lanzan también una voz de alarma ante la posibilidad de que el voto “pierda fuerza como principal instrumento de los ciudadanos para influir en las decisiones políticas” a la vista del malestar democrático que cuestiona de forma creciente “la capacidad que tienen los actuales sistemas políticos para defender la voluntad e intereses de la mayoría”. En este sentido, destaca que, “por primera vez en medio siglo”, en Europa “ya no vamos todos en la misma dirección”, hecho ante el que aboga por una UE “más integrada, en parte reformulada y casi refundada”, que recupere el método comunitario frente al actual predominio intergubernamental e imprima “un giro radical” a su estrategia económica.

“La España posible”

La premisa del documento es la necesidad que tienen los socialistas -en España y en Europa- de “recuperar el liderazgo ideológico” para reformular “un proyecto de largo plazo”, a riesgo de que si no se hace así la crisis se convierta en “letal” para nuestro país si, como ya ocurrió en otros periodos históricos, ahora “nos desconectamos de lo que algunos llaman la cuarta revolución industrial”.

Los socialistas se reivindican como única alternativa al PP y alertan contra la pérdida de poder del voto

En este marco, el PSOE apuesta por “proyectos realistas para la España posible” que, a su juicio, precisa “reconfigurar la mayoría de las paredes del edificio socio-económico del país” y “reconstruir los puentes entre política e instituciones y sociedad”. Esto pasa en gran medida, a su juicio, por la reforma de la Constitución, si bien reconoce que “sólo puede producirse si conseguimos un apoyo político y un respaldo social semejante al que obtuvo la de 1978”.

En ese nuevo proyecto, se confiere especial relevancia al ecologismo, que -dice- la izquierda “debe situar como eje central de su ideario y acción política”, cambiando “la tradicional visión de la normativa ecológica hacia una ecología normativa” como principio vector de todas las políticas públicas.

El documento, cerrado antes de la última explosión del caso Bárcenas que ha roto todos los puentes entre los dos principales partidos, destaca que es momento “de la política grande y de dar a España una nueva oportunidad para renovar sus grandes consensos”. En clave interna, su conclusión última es que “no cabe un discurso progresista encogido”, so pena de que los valores socialistas “se desdibujen”.

Cinco años después del estallido de la crisis y dos de la derrota en las elecciones de 2011, el PSOE entona su mea culpa por la situación económica de España. No es la primera vez que su secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, se desmarca e incluso critica aspectos de la política económica de José Luis Rodríguez Zapatero, pero sí la primera que el partido hace una autocrítica global y por escrito.

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