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Cinco días al borde del suicidio
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Gonzalo López Alba

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Cinco días al borde del suicidio

Resuelto el cuándo -julio- y el cómo -primarias cerradas-, la incógnita sobre la sucesión de Rubalcaba al frente del PSOE se desplaza al quién

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Resuelto el cuándo –julio– y el cómo –primarias cerradas–, la incógnita sobre la sucesión de Alfredo Pérez Rubalcaba al frente del PSOE se desplaza ahora al quién. Eduardo Madina y Pedro Sánchez tienen decidido presentar su candidatura, pero Susana Díaz todavía se lo está pensando y Carmen Chacón se ha quedado fuera de juego al precipitarse expresando su apoyo a la presidenta andaluza y perder sus principales apoyos en beneficio de aquella.

Aunque la impresión más extendida es que Díaz “está más cerca del sí que del no”, fuentes próximas aseguran que no existe tacticismo alguno cuando afirma que “mi prioridad es Andalucía”, lo que viene a significar que la ‘baronesa’ no dará el paso si no ve garantizada una aplastante mayoría a su favor. Para ella, el mero hecho de tener que competir con otro candidato ya supone un cuestionamiento. La decisión tendrá que tomarla en esta semana porque el viernes comienza la recogida de avales.

De momento, Madina se ha apuntado el primer set, en muerte súbita, al imponerse finalmente el procedimiento al que condicionó su candidatura. Pero el partido no ha hecho más que comenzar. A partir del lunes se prevé que volverán a desatarse las presiones para que los dos dirigentes que concitan más apoyo alcancen algún tipo de acuerdo que evite un nuevo cisma, como el que se produjo en Sevilla entre los partidarios de Rubalcaba y los de Chacón, que todavía sigue vivo. Hasta la fecha, aunque hablaron por teléfono la víspera del 25-M, no han tenido una conversación cara a cara y en profundidad.

Emboscadas y reposicionamientos

Cinco días al borde del suicidio. Eso es lo que se ha vivido en el PSOE desde que, el lunes pasado, Rubalcaba anunció la convocatoria de un congreso extraordinario. La polarización entre los partidarios de aplicar el procedimiento tradicional de un congreso de delegados y –una vez descartado el adelanto de las primarias abiertas a los ciudadanos– los defensores de que decidan los militantes con su voto directo, sumió a los socialistas en un proceso de acción-reacción, con emboscadas de todo tipo, imposturas y continuos reposicionamientos que amenazan con dejar a todos mal parados y han generado un clima en el que nadie se fía de nadie.

Para salir del laberinto en el que ellos mismos se habían metido, la Permanente de la Ejecutiva propondrá este lunes celebrar, previamente al congreso de delegados, una “consulta no vinculante” a los militantes, que en la práctica serán unas primarias cerradas, ya que, una vez que se han pronunciado los afiliados, se abriría un abismo entre estos y los dirigentes si los delegados se pronunciaran en sentido distinto. De hecho, algunos colectivos de militantes tenían intención de manifestarse ante la sede de Ferraz al grito de “no nos representan” si no se optaba por la democracia directa.

La aplicación de esta fórmula –ensayada ya en Galicia pero inédita a nivel nacional–, que con la coletilla formal de “no vinculante” soslayaría la dificultad legal que implica no estar recogido el voto directo en los estatutos del partido –papel mojado desde hace tiempo–, pasaba por la aceptación de Susana Díaz. La federación andaluza se opuso en el congreso de Sevilla y, posteriormente, en la Conferencia Política, a la introducción del voto directo para la elección del secretario general, que defendieron las federaciones de Asturias y Valencia. Pero la presidenta andaluza se ha visto forzada a dar su plácet.

La marea de las bases reclamando su participación directa es tan fuerte que amenazaba con llevarse por delante al que se oponga y algunos barones próximos a la baronesa andaluza le advirtieron que, aunque seguirían apoyando su candidatura, se desmarcarían públicamente del procedimiento si no se daba la voz a los militantes, lo que habría deslegitimado el proceso.

Todo empezó con el puñetazo en la mesa que el miércoles, con gran enfado de Rubalcaba, dio Madina al enarbolar la bandera del movimiento “un militante, un voto”. El jueves, cuando se produjo el pronunciamiento de los barones y la vieja guardia a favor de Díaz, la balanza parecía definitivamente inclinada a favor de un congreso tradicional en el que la presidenta de Andalucía sería ungida por aclamación como secretaria general. Ante el horizonte de su examen en las urnas, en las elecciones municipales y autonómicas de 2015, a los barones no les llega la camisa al cuerpo y la mayoría ha interpretado que la sábana de Díaz les puede tapar los pies. Pero tan temerosos están de equivocarse en la apuesta por el nuevo líder como de verse desbordados por la militancia.

Entre los que se pronunciaron a su favor –no figuran entre ellos el asturiano Javier Fernández, que también gana elecciones, ni el extremeño Guillermo Fernández Vara, el único en la oposición que derrotó al PP en las elecciones europeas–, hay algunos que ya son ex –el vasco Patxi López y el navarro Roberto Jiménez– y otros pueden serlo después de los comicios autonómicos. Una cohorte de zombis, a los que cuesta asimilar que el PSOE no puede permanecer ajeno al cambio de era, aplicando procedimientos del siglo XX en una sociedad del siglo XXI, que reclama voto y cambio.

Sin embargo, el viernes cambió la dirección del viento. Las bases y los cuadros intermedios hicieron notar su malestar, y algunos de los barones que participaron del pronunciamiento para cerrar el paso a Madina descubrieron que, aunque ahora se intente convertir a Rubalcaba en chivo expiatorio de todos los males, el secretario general ha sido desbordado por los acontecimientos.

Tan ajeno ha sido Rubalcaba al pronunciamiento de los barones como a un supuesto pacto con el diputado vasco, al que se intenta desacreditar como “el candidato de Ferraz” cuando Ferraz se ha convertido en un sálvese quien pueda en el cada uno actúa por su cuenta y en función de sus intereses particulares. Así, en pleno desconcierto, algunos confundieron las llamadas de José Blanco, Gaspar Zarrías y Antonio Hernando con una inexistente “directriz de Ferraz”, lo que da idea de la inconsistencia de algunos de los secretarios regionales. Y Óscar López, sobre el que ya cuelga el cartel de exsecretario de Organización, ha aprovechado la coyuntura para intentar recuperar la secretaría general de Castilla y León forzando un congreso extraordinario para descabalgar a Julio Villarubia.

‘Viva la Libertà’

Ante la catástrofe del 25-M, en todas las reuniones de dirigentes del PSOE debería ser de obligada proyección la película Viva la Libertà, dirigida por Roberto Andò, que también es el autor de la novela en la que está basada, Il trono vuoto. La cinta narra la fuga de un anquilosado líder de la oposición que ha hundido a su partido y cómo su mano derecha encubre la desaparición con su hermano gemelo, un filósofo con depresión bipolar que vuelve a entusiasmar al electorado con un lenguaje diferente.

Esto es lo que en este proceso ha sabido interpretar Madina mejor que nadie, al condicionar su candidatura para la secretaría general al voto directo de los militantes. Al poner esta condicionalidad se arriesgaba a quedar fuera de la carrera por el liderazgo del PSOE, pero su actitud conecta con el cambio socio-político que se ha producido en España, anticipado por la socióloga Belén Barreiro, ex directora del CIS y directora del laboratorio de ideas de la Fundación Alternativas, cuando advirtió que la vieja dialéctica entre izquierda y derecha se ha visto superada por el abismo creado entre las élites y el pueblo, que explica el fenómeno ‘Podemos’.

El perfil de los votantes de ‘Podemos’ –jóvenes de entre 25 y 40 años, con estudios superiores– es muy similar al de los que en 2004 dieron el triunfo a José Luis Rodríguez Zapatero, que súbitamente también se ha convertido en antiguo, al participar del intento de resolver la sucesión de Rubalcaba en una mesa camilla, un procedimiento que en 2000 le habría dado el triunfo a José Bono si hubiera funcionado.

En el nuevo marco, las estructuras dirigentes del PSOE han contribuido con su actitud a que se les identifique con las élites. La salida coordinada de la mayoría de los barones apostando por Díaz, que quería un congreso a la andaluza –de aclamación–, resultó evocadora del modelo de mesa camilla del congreso de 1987, cuando Joaquín Almunia fue elegido secretario general previo pacto entre los barones, lo que supuso un cierre en falso que luego le llevó a buscar su legitimación en unas primarias, las que perdió frente a José Borrell, lo que dio lugar primero a un esquema de bicefalia y después a una situación de acefalia. Si Madina gana el congreso, mantendrá el calendario aprobado y convocará para noviembre las comprometidas primarias abiertas para elegir al candidato presidencial.

Como advirtió ante el grupo parlamentario la diputada asturiana Mariví Monteseirín, “tan importante como llegar a Ítaca es la forma en que se hace el viaje”. Olvidó añadir: y también para qué.

Resuelto el cuándo –julio– y el cómo –primarias cerradas–, la incógnita sobre la sucesión de Alfredo Pérez Rubalcaba al frente del PSOE se desplaza ahora al quién. Eduardo Madina y Pedro Sánchez tienen decidido presentar su candidatura, pero Susana Díaz todavía se lo está pensando y Carmen Chacón se ha quedado fuera de juego al precipitarse expresando su apoyo a la presidenta andaluza y perder sus principales apoyos en beneficio de aquella.

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