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Montoro premia a ‘Pepito Grillo’ Barea
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Israel García-Juez

La Feria de las Vanidades

Por
Israel García-Juez

Montoro premia a ‘Pepito Grillo’ Barea

Últimamente en nuestro país es extraño ver banderas españolas en algunos actos públicos, que se admitan en los mismos las preguntas o la presencia de compañeros gráficos, pero ya

Últimamente en nuestro país es extraño ver banderas españolas en algunos actos públicos, que se admitan en los mismos las preguntas o la presencia de compañeros gráficos, pero ya no se espera a que la muerte se los lleve para homenajear a personas que verdaderamente lo merecen. Así, hemos podido asistir a la concesión de la distinción que por Méritos otorga el Ministerio de Hacienda a persona tan principal como don José Barea Tejeiro. Uno de los padres, junto a Flores de Lemus Santillán, de la Hacienda Pública moderna que nos ha llevado a ser un país desarrollado.Ahora que estamos en periodo de declaración (¿por qué me tengo que declarar si Hacienda no me gusta?, decía un particular) se pueden acordar de su mujer María Teresa, de sus hijas y de sus impresionantes nietas. A la más mona le dio un vahído de calor durante el acto y muchos ya se preparaban para cuidarla. 

José Barea tiene cerca de 90 años, y como ocurre con tantos otros, su cuerpo no acompaña a mente tan privilegiada. Ayudado por un cuidador y dos muletas sentó sus "reales" en una silla del Ministerio para contarnos que ingresó como funcionario contador del Estado en el año 1941. Es decir, hace 70 años cruzó por primera vez el portalón de Alcalá 7-9 en el que desarrolló una carrera que le llevó a ser secretario de Estado y después primer director de la Oficina Económica de Moncloa con Aznar. El expresidente le nombró y le tuvo que cesar pues cada vez que su Gobierno se equivocaba en algo económico Barea era el primero en decirlo. Algo que el usufructuario del Palacio de la Moncloa debía saber antes de ponerlo, sobre todo, porque no se equivocaba nunca. Y porque precisamente para ello se creó el tan vapuleado cuerpo de funcionarios para que defendiera al Estado por delante de la siempre caprichosa política. 

En su casa del Paseo de la Habana de Madrid me confesó hace muchos años que la Seguridad Social es un sistema piramidal y que el Estado del Bienestar es insostenible si no se van quitando prestaciones. Barea quedó huérfano muy joven y se sacó la oposición con sólo 18 años, que le llevó de Contador del Estado al Jaén de postguerra. Es otro ejemplo para la juventud española de que con esfuerzo y sacrificio se puede lograr todo aquello que te propones. Está contento de haber dedicado su vida a tan farragosas tareas numéricas y tomó de manos de Montoro el galardón asegurando con su fino humor que Cristóbal es el ministro de todo en referencia a que manda más que Guindos. 

Montoro, que se hizo catedrático de Hacienda Pública a sugerencia del homenajeado, le definió como un servidor del Estado que ha hecho mejor a España y tan es así que todavía se le consultan dudas pues está claro, al margen de las décimas en discordia, que nuestro país sólo avanzará si no nos relajamos y nos centramos en recortar el déficit público estructural.

Entre el público, además de una mujer emocionada y una familia agradecida, se encontraban altos cargos del Ministerio como Miguel Ferre o Marta Fernández Currás. Pero llamaba la atención el esfuerzo que gente de su generación quiso hacer para acompañar al profesor Barea. El austero teniente general Agustín Muñoz-Grandes; el enjuto expresidente del BBV, José Ángel Sánchez Asiaín, o los expresidentes de FCC o de la AEB, Marcelino Oreja Miguel Martín, estos ya en calidad de exbecarios del profesor, eran sólo algunos ejemplos de los que en torno a una mesa con imágenes de las luchas del Peloponeso acompañaban a este hombre que tiene una cabeza más rápida que el mejor de los ordenadores de la IBM. Ignacio Rodríguez Burgos, camarada Ignatiev para Carlos Herrera, o Francisco Núñez, de El Mundo, quisieron con su presencia recordar que los periodistas también tenemos corazón y podemos aplaudir a quien nos enseña con sus explicaciones.  

Franco, que tenía un sentido del humor muy gallego, mandó al padre de Muñoz-Grandes, que había dirigido la División Azul, de embajador a Washington. En su uniforme lucía con orgullo la Cruz de Hierro del Ejército Alemán. En una recepción el presidente estadounidense le preguntó con mala intención: Nice cross, it´s a good one, a lo que el general le respondió for me, it´s the best. 

Creo sinceramente que el galardón que se le ha entregado a Barea es lo que más ilusión le puede hacer como colofón a su vida de erudito.

Últimamente en nuestro país es extraño ver banderas españolas en algunos actos públicos, que se admitan en los mismos las preguntas o la presencia de compañeros gráficos, pero ya no se espera a que la muerte se los lleve para homenajear a personas que verdaderamente lo merecen. Así, hemos podido asistir a la concesión de la distinción que por Méritos otorga el Ministerio de Hacienda a persona tan principal como don José Barea Tejeiro. Uno de los padres, junto a Flores de Lemus Santillán, de la Hacienda Pública moderna que nos ha llevado a ser un país desarrollado.Ahora que estamos en periodo de declaración (¿por qué me tengo que declarar si Hacienda no me gusta?, decía un particular) se pueden acordar de su mujer María Teresa, de sus hijas y de sus impresionantes nietas. A la más mona le dio un vahído de calor durante el acto y muchos ya se preparaban para cuidarla. 

Cristóbal Montoro