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Antoni Fernàndez Teixidó

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La izquierdización: otra vuelta de tuerca

Iceta piensa que ante unas hipotéticas elecciones constituyentes en Cataluña la independencia no prosperará. Para él, el resultado favorecerá un tripartito de izquierdas

Foto: Miquel Iceta, líder del PSC. (EFE)
Miquel Iceta, líder del PSC. (EFE)

Ya he escrito alguna vez en El Confidencial que el 'procés' ha provocado una notable izquierdización del mapa político catalán. Un simple vistazo a la composición actual del Parlament de Catalunya indica que, sumadas las fuerzas de Junts pel Sí, Catalunya Sí que es Pot, el PSC y la CUP, la izquierda dispone de una amplísima mayoría.

He sostenido, reiteradamente, que hay antecedentes históricos de peso para comprender que el avance del nacionalismo radical tras el objetivo de la independencia ha conllevado, inevitablemente, un significativo crecimiento de las fuerzas de izquierda. Creo saber que la consecuencia natural de este tipo de procesos para el nacionalismo menos radical acaba siendo el abrazo a los independentistas que sostienen las posiciones más extremas. Piensan que esa política es la garantía para una hipotética culminación exitosa del 'procés'. Así ha sido y así es.

El referéndum, sí o sí, del 'president' Puigdemont tiene toda la traza de acabar en el referéndum, no o no, del presidente Rajoy. Ante esta eventualidad, el Govern catalán sondeará el estado de ánimo de la ciudadanía en Catalunya para decidir cómo seguir con su hoja de ruta.

Los más que probables juicios a los representantes políticos catalanes: Mas, Ortega, Rigau y Homs pueden tensar todavía más la cuerda de las relaciones entre unos y otros. Si la presión política crece y el Gobierno español no mueve ficha, Puigdemont, ante la certeza de que no habrá referéndum, convocará elecciones anticipadas. Serán definidas como constituyentes y se celebrarán durante el año 2017. El que sea antes o después del verano dependerá del grado de ebullición de la caldera independentista.

El PSC –Partido Socialista Catalán– contempla esta hipótesis intuyendo que los resultados que le aguardan en unas elecciones anticipadas no serán halagüeños. La fórmula que Iceta ha ideado para disimular un más que probable pésimo balance es la propuesta de una alianza electoral con Ada Colau, los Comunes y Podemos. Se entiende mucho mejor ahora la tenaz negativa del secretario general del PSC a la investidura de Rajoy, el apoyo incondicional a Pedro Sánchez y el inusual voto en contra de los diputados socialistas catalanes.

¿Sugiero que era táctica la grave decisión de votar en contra? Más bien afirmo que en este último debate, Iceta y la dirección del PSC han tenido más en cuenta sus necesidades electorales a corto plazo en Catalunya que ayudar a la imprescindible coherencia del Grupo Parlamentario socialista en el Congreso.

La deseada confluencia del PSC con Colau y Podemos debía pasar primero por una imagen concertada de los diputados socialistas catalanes y Podemos votando lo mismo en la sesión de investidura. ¿A costa de quién? De sus socios españoles.

Creo que Iceta piensa que ante unas hipotéticas elecciones constituyentes en Catalunya la independencia no prosperará. Está en lo cierto. Para él, el resultado electoral favorecerá la formación de un nuevo tripartito de izquierdas donde pugnará por estar presente. También acierta. Pero esa presencia debe garantizarse de la mano de uno de los partidos emergentes en las próximas elecciones. Ahí es donde entra Colau. He aquí una nueva vuelta de tuerca a la ya intensa izquierdización de la vida política en Catalunya. Contaremos así con un PSC más escorado hacia las posiciones de izquierda antisistema defendidas por los Comunes.

El 'procés' es un pretexto, las constituyentes un instrumento y el tripartito de izquierdas un designio.

Junqueras, Colau, Iceta y los dirigentes de la CUP saben que ese es un escenario más que probable. Se tratará entonces de, apareciendo como imposible la independencia, garantizar gobiernos de izquierda que hagan madurar la consciencia de los ciudadanos para que esta, pretendidamente, dé un salto cualitativo. Se nos dirá que la independencia no es entonces posible pero que la mejor manera de trabajar por ella es la implementación de políticas de izquierda para garantizar que el 'procés' siga vivo. No será verdad. El 'procés' estará, probablemente, tocado de muerte pero tendremos en Catalunya un nuevo Gobierno de izquierdas. ¿Solo con estos partidos? La respuesta merece un artículo aparte.

Ya he escrito alguna vez en El Confidencial que el 'procés' ha provocado una notable izquierdización del mapa político catalán. Un simple vistazo a la composición actual del Parlament de Catalunya indica que, sumadas las fuerzas de Junts pel Sí, Catalunya Sí que es Pot, el PSC y la CUP, la izquierda dispone de una amplísima mayoría.

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