Es noticia
Vuelve Lady Aviaco
  1. España
  2. Matacán
Javier Caraballo

Matacán

Por

Vuelve Lady Aviaco

Ha vuelto. No existe una sola fase en la vida política de Magdalena Álvarez sin un episodio de soberbia aguda y esta última etapa de moquetas

Foto: La exministra de Fomento y actual vicepresidenta del BEI, Magdalena Álvarez. (EFE)
La exministra de Fomento y actual vicepresidenta del BEI, Magdalena Álvarez. (EFE)

Ha vuelto. No existe una sola fase en la vida política de Magdalena Álvarez sin un episodio de soberbia aguda y esta última etapa de moquetas en el Banco Europeo de Inversiones estaba siendo demasiado apacible, impropia de la trayectoria de esta mujer. Pero a Magdalena le ocurre como al escorpión de la fábula, que siempre acaba imponiéndose su ser, a borbotones. No lo puede evitar. “Es mi carácter”, como le explicó el escorpión a la rana que, moribunda, se hundía con él en el río después de haberle clavado su aguijón.

Quiere decirse, en suma, que por lo demostrado hasta ahora por Magdalena Álvarez en más de treinta años de vida pública, que nadie espere que la exministra de Zapatero presente la dimisión, a no ser que se vea forzada a ello por instancias superiores del propio Banco. Pero ella, por sí misma; ella, por lo que le pide el cuerpo, no saldrá del despacho hasta que no expire el último día de su mandato y haya cobrado la última dieta.

Eso es, por ejemplo, lo que le ocurrió hace ya casi 20 años, cuando Felipe González perdió las elecciones en 1996 y José María Aznar llegó a La Moncloa. Entonces fue cuando Magdalena se ganó el apelativo de Lady Aviaco. Magdalena Álvarez había sido directora general de Inspección Financiera y Tributaria en el Gobierno de Felipe y, como tal, ocupaba un puesto en el consejo de administración de Aviaco, como empresa pública que dependía de Iberia.

Al llegar al poder el Partido Popular, le pidieron que dimitiera del consejo de administración para, como suelen hacer los partidos cuando se alternan en el poder, nombrar en esos cargos a los suyos. Pero Magdalena Álvarez les dijo que nones, que no se iba. De hecho, en vez de dimitir, lo que hizo fue pedir compulsivamente viajes gratis, por todo el mundo, que era una prerrogativa de los consejeros de la compañía aérea. Llegó a acumular 444 autorizaciones de viajes. ¿Existe una prueba más definitiva del carácter de esta mujer? Tan contundente como la cifra, 444 viajes gratis, que se dice pronto.

En sus tiempos de consejera de Aviaco, Magdalena Álvarez pidió compulsivamente viajes gratis, por todo el mundo. Llegó a acumular 444 autorizaciones de viajes, que se dice pronto

Cuando se conoció el abuso, Magdalena Álvarez ya era consejera de Hacienda de la Junta de Andalucía, con Manuel Chaves de presidente y, por supuesto, que jamás amagó siquiera con presentar la dimisión del Gobierno andaluz. Cada vez que le preguntaban en el Parlamento, Magdalena Álvarez lo negaba y descalificaba a quien le reprochara su actitud; lo negaba aunque le pusieran por delante las copias de los impresos de los viajes solicitados, para ella o para algunos miembros de su familia.

Lo negaba y lo achacaba todo a los ‘celos machistas’ por ser ella una mujer con poder. “No me perdonan que sea una mujer preparada y una buena profesional”, solía repetir.

Ahora, en la tesitura en la que se encuentra por su imputación en el caso de los ERE, que nadie tenga la menor duda de que el esquema mental de Magdalena Álvarez es exactamente el mismo que entonces. Cuantos más dirigentes del Partido Popular exijan su dimisión, menos posibilidades habrá de que Magdalena Álvarez renuncie al Banco Europeo de Inversiones.

Ya puede el ministro De Guindos elaborar suaves teorías sobre la responsabilidad de cada persona en un cargo público y la repercusión de los comportamientos individuales en la imagen de España; ya pueden otros portavoces del PP, más agresivos, zarandearla con palabras gruesas, recordarle el escándalo de los ERE, la fianza millonaria que le ha pedido la juez Alaya o la dureza de los autos judiciales sobre su actuación en el Gobierno andaluz, cuando se gestó el enorme fraude de los fondos de Empleo en los presupuestos que ella elaboraba. Nada, ni se inmutará. 

Es más, aunque en la ejecutiva federal del PSOE se le haya sugerido, sutilmente, que deje el cargo para que sea otro compañero del partido (el también ex ministro Valeriano Gómez, como ya se apuntó en El Confidencial), Magdalena Álvarez parece contar con todo el respaldo del PSOE de Andalucía, que por otras razones se ve obligado, periódicamente, a defender los Gobiernos anteriores, de Manuel Chaves y de Griñán, para desligarlos del escándalo de los ERE.

Por ello, para los socialistas andaluces, lo que está ocurriendo no es más que el fruto de una campaña de acoso a Magdalena Álvarez, que está siendo “injustamente acusada de unos delitos que evidentemente no ha cometido”.

Si el mandato de vicepresidenta del banco es de cinco años, Magdalena Álvarez no querrá dejar escapar ni una sola nómina. Si un año tiene 12 meses, por cinco anualidades, sale un total de 60 nóminas de 23.000 euros que suman la cantidad de 1.380.000 euros

Puede pensarse que, en el fondo, tienen razón los dirigentes del PSOE andaluz porque, en realidad, nadie sabe en qué puede acabar finalmente el escándalo de los ERE, cuando trascienda del juzgado de Mercedes Alaya a otros tribunales superiores. Sí, es verdad, pero ése es otro debate, la cuestión ahora es otra; si ya es inexplicable que una exministra, por el hecho de serlo, ocupe una vicepresidencia en el Banco Europeo, como una cuota más de la política, más inexplicable aún es que siga ocupándola cuando lo mínimo que se le exige, que es la ejemplaridad, se ve empañada por un fraude masivo de fondos públicos en un Gobierno del que formaba parte.

Haber validado presupuestos con un ‘fondo de reptiles’ es suficiente lastre para que, con independencia de lo que ocurra en el proceso penal, sea inaceptable su presencia en el Banco Europeo de Inversiones.

Pero no, Magdalena Álvarez no va a dejar el sillón a no ser que la fuercen los mandamases del Banco Europeo de Inversiones. Si no lo hizo del consejo de administración de Aviaco, mucho menos va a dejar el puesto que le dejó en herencia Rodríguez Zapatero para garantizarle un sueldo mensual de 23.000 euros. Y con la tributación reducida de Luxemburgo, que esa es otra.

Si el mandato de vicepresidenta del banco es de cinco años, Magdalena Álvarez no querrá dejar escapar ni una sola nómina. Si un año tiene 12 meses, por cinco anualidades, sale un total de 60 nóminas de 23.000 euros que suman la cantidad de 1.380.000 euros. Esas son las únicas cuentas que tendrá en la cabeza Magdalena Álvarez. Lady Aviaco ha vuelto.

Ha vuelto. No existe una sola fase en la vida política de Magdalena Álvarez sin un episodio de soberbia aguda y esta última etapa de moquetas en el Banco Europeo de Inversiones estaba siendo demasiado apacible, impropia de la trayectoria de esta mujer. Pero a Magdalena le ocurre como al escorpión de la fábula, que siempre acaba imponiéndose su ser, a borbotones. No lo puede evitar. “Es mi carácter”, como le explicó el escorpión a la rana que, moribunda, se hundía con él en el río después de haberle clavado su aguijón.

Caso ERE