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Al bipartidismo en Andalucía sólo se le ha roto un ala: la derecha
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Javier Caraballo

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Al bipartidismo en Andalucía sólo se le ha roto un ala: la derecha

El sueño de triunfo del PP andaluz se rompió de forma abrupta hace tres años, cuando Javier Arenas vio frustrada la mayoría absoluta que le pronosticaron todas las encuestas

Foto: Moreno Bonilla y Rajoy en la campaña de las elecciones andaluzas
Moreno Bonilla y Rajoy en la campaña de las elecciones andaluzas

Si las elecciones andaluzas suponían el primer test para analizar la convulsión política que se adivina en toda España, lo ocurrido este domingo debe servir para encender las luces de alarma en el Partido Popular. Lo que reflejan las urnas es que la irrupción de nuevos partidos afecta fundamentalmente a la derecha, mientras que el PSOE resiste contra todo pronóstico.

Desde las elecciones generales de 2011, que supusieron la victoria por mayoría absoluta de Mariano Rajoy, el Partido Popular ha perdido en esta región más de 900.000 votos, casi la mitad de su electorado; 400.000 se los dejó en sólo unos meses, en las elecciones de marzo de 2012, y en las elecciones de este domingo se ha dejado otros 500.000 votantes. La sangría en la derecha andaluza es vertiginosa y justifica por sí sola la alarma en este partido, a sólo dos meses de las elecciones municipales y autonómicas en toda España.

Se dirá, y es cierto, que unas elecciones en Andalucía no son extrapolables al resto de España por la fidelidad de los votantes andaluces con el Partido Socialista, que se acercará ya a los cuarenta años con esta nueva legislatura. Es verdad, pero eso sólo podría aplicarse a la relación del PSOE con respecto a Podemos, que puede ser distinta en otras regiones en las que los socialistas no sean tan fuertes. Pero en el caso del Partido Popular no influye. Así que nada explica que sea sólo la derecha la que se desploma ante el avance de las dos nuevas fuerzas políticas.

El sueño de triunfo del PP andaluz se rompió de forma abrupta hace tres años, cuando Javier Arenas vio frustrada la mayoría absoluta que le pronosticaron todas las encuestas, y se ha vuelto una terrible pesadilla ahora, que retrocede al suelo electoral de hace tres décadas.

Es el PSOE quien hace suyo el eslogan de Podemos y se lo devuelve: “Sí se puede ganar a Iglesias”

La fortaleza del PSOE en Andalucía es todavía más considerable si se tiene en cuenta que también Izquierda Unida ha perdido más de la mitad de la representación con la que contaba en el Parlamento andaluz. Si uno de los mensajes fundamentales que perseguía Susana Díaz era el de plantar cara a Podemos, vencerlos, y poder ofrecer esa imagen en toda España, está claro que ha conseguido su objetivo, a pesar de que haya repetido los mismos diputados con los que ya contaba y de que haya perdido, con respecto a las últimas elecciones autonómicas, 120.000 votos, el peor resultado en voto de todas las elecciones andaluzas celebradas.

Era tan evidente que anoche, en la sede del PSOE en Sevilla, los militantes y dirigentes comenzaron a gritar para celebrar su victoria: “¡Sí se puede, sí se puede!”. Es ahora el PSOE, en fin, quien hace suyo el eslogan de Podemos y se lo devuelve: “Sí se puede ganar a Podemos”. La carga anímica para el votante socialista en toda España está garantizada con esta victoria en las urnas andaluzas.

Ocurre, además, que el reparto de escaños en el Parlamento andaluz le quita relevancia a la presencia de Podemos, porque de ninguna manera con sus quince diputados puede condicionar el gobierno socialista. Para ser reelegida presidenta de la Junta de Andalucía, a Susana Díaz le bastaría con cerrar un acuerdo con Ciudadanos, que le garantiza la mayoría absoluta, al igual que le ocurría en la anterior legislatura con la suma de los diputados de Izquierda Unida.

Compás de espera hasta las municipales

Aunque el partido de Albert Rivera se ha mostrado muy crítico con la corrupción andaluza, ya anoche, tras conocer los resultados, el líder de Ciudadanos afirmó que su formación política, al contrario de lo que ocurre con otras fuerzas, no establece vetos hacia los demás partidos. “Ni Podemos, ni el Partido Popular, ni el PSOE son nuestros enemigos”, dijo Rivera. Con lo cual, lo previsible es que, a partir de los próximos días, con quien intente el PSOE andaluz cerrar un acuerdo será con Ciudadanos.

Pero todo eso forma parte de la crónica política que empezará a escribirse a partir de mañana y que puede prolongarse, incluso, hasta después de las elecciones municipales y autonómicas de mayo. Ahora sólo se puede constatar una doble evidencia. En la primera batalla electoral para comprobar la evolución del nuevo panorama político de España, Susana Díaz resiste mientras Rajoy se hunde.

Si las elecciones andaluzas suponían el primer test para analizar la convulsión política que se adivina en toda España, lo ocurrido este domingo debe servir para encender las luces de alarma en el Partido Popular. Lo que reflejan las urnas es que la irrupción de nuevos partidos afecta fundamentalmente a la derecha, mientras que el PSOE resiste contra todo pronóstico.

Susana Díaz Mariano Rajoy
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