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Pedro Sánchez, derrota clara o dobles primarias
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Javier Caraballo

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Pedro Sánchez, derrota clara o dobles primarias

La guerra interna puede continuar más allá de las primarias y, de hecho, ese es el cálculo que desde hace días se está haciendo en los equipos de campaña de Susana Díaz y Pedro Sánchez

Foto: El ex secretario general del PSOE Pedro Sánchez canta 'La internacional' al finalizar un acto con militantes y simpatizantes. (EFE)
El ex secretario general del PSOE Pedro Sánchez canta 'La internacional' al finalizar un acto con militantes y simpatizantes. (EFE)

No todas las batallas conducen al final de una guerra. Puede ocurrir como en el Partido Socialista, que tras años de tensión se establece una fecha concreta para resolver un conflicto interno, el 21 de mayo, pero lo que nadie puede garantizar ahora es que esa sea, además, la fecha del final de la guerra. Tras esa batalla pueden venir otras; la guerra interna puede continuar más allá de las primarias a la secretaría general que se celebrarán ese día y, de hecho, ese es el cálculo que desde hace días se está haciendo en los equipos de campaña de Susana Díaz y Pedro Sánchez: la posibilidad de que las primarias tengan que resolverse en una ‘segunda vuelta’ que se celebraría cuando Mariano Rajoy convoque elecciones y se abra un proceso de primarias para elegir al candidato socialista a la presidencia del Gobierno. La crisis interna del PSOE, por lo tanto, puede prolongarse todavía uno o dos años más, los que pueda durar esta legislatura tan voluble.

El cálculo de una ‘segunda vuelta’ de las primarias se inicia a partir de un convencimiento compartido por los dos sectores enfrentados, susanistas y pedristas; acaso lo único que comparten. Lo que saben unos y otros es que, por la intensidad y la crispación interna que ha alcanzado el enfrentamiento, la contienda debe resolverse con la derrota total, sin paliativos, de uno de los dos líderes, Pedro Sánchez o Susana Díaz. Lo que no es posible pensar es un nuevo periodo de liderazgo en el Partido Socialista que reproduzca lo sucedido en los últimos años, con una tensión permanente entre dos cargos orgánicos con gran poder interno. Uno de los dos debe caer definitivamente; los gestos de integración que se realicen en el futuro se producirán siempre a partir de líderes menos significados en cualquiera de los dos bandos.

Si el resultado de las primarias es favorable a Pedro Sánchez, aunque sea por un pequeño porcentaje de voto, el futuro de Susana Díaz se complica extraordinariamente, no solo en el seno del Partido Socialista sino también en la Junta de Andalucía. ¿Quiere eso decir que si Pedro Sánchez es elegido secretario general promoverá de inmediato la sustitución de Susana Díaz como líder de los socialistas andaluces?

Foto: Susana Díaz visita al plató de Telecinco con Pedro Piqueras. (Telecinco)

Un destacado miembro del sector de Pedro Sánchez sostiene, ante esa pregunta, que lo razonable en ese caso sería recortar sensiblemente el poder interno de Susana Díaz en el aparato socialista, pero sin desestabilizar la Junta de Andalucía. Es decir, hacer pasar a la presidenta andaluza por las horcas caudinas de la sumisión interna a Pedro Sánchez a cambio de retener la presidencia del Gobierno andaluz. De Susana Díaz hacia abajo, lo mismo sucedería con el resto de dirigentes regionales que se han sumado a la campaña de las primarias de la presidenta andaluza. Pedro Sánchez, en suma, no quiere repetir los errores del pasado, que lo llevaron a un mandato como secretario general en el que se veía cuestionado de forma sistemática.

De todas formas, esa posibilidad, la victoria de Pedro Sánchez en las elecciones primarias, es la hipótesis que menos se contempla, incluso en el seno de su propio equipo. Lo normal de estas primarias será que la ganadora sea Susana Díaz pero, al contrario de lo que ocurriría en el caso anterior, la victoria de la dirigente andaluza solo sería efectiva si consigue imponerse a su rival por un amplio margen. Al contar con el apoyo abrumador del aparato del PSOE, a Susana Díaz solo le sirve una 'victoria humillante' sobre Pedro Sánchez. Si no es así, si la victoria se produce por un estrecho margen de voto, Pedro Sánchez no solo no considerará que es el final de su vida política sino que le servirá de impulso para mantener intactas sus expectativas de recobrar el liderazgo en unas nuevas elecciones primarias, las que se celebren para elegir al candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno.

Foto: La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, junto a Felipe González, Alfonso Guerra y el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara. (Efe)

En esas segundas elecciones primarias, además, ya no participan solo los militantes del PSOE, sino que se amplían a los simpatizantes. La elección del “candidato o candidata del PSOE a la presidencia del Gobierno de España” es, de hecho, el primer supuesto que se contempla en el Reglamento del PSOE (artículo 49 y sucesivos), y en el detalle de la composición del censo electoral para esas primarias se incluye a los militantes y afiliados y a “los simpatizantes del partido reconocidos y registrados en el censo del partido que hayan comunicado su intención de participar y hayan satisfecho la aportación establecida”.

“El liderazgo de Pedro Sánchez entre la militancia no es una invención, es una realidad. Tras la presión a la que se está sometiendo a la organización desde el comité federal de octubre para aupar a Susana Díaz hasta la secretaría general, si Pedro Sánchez consigue un buen resultado en las primarias, con una diferencia solo de un par de puntos, tendrá toda la legitimidad para presentar nuevamente su candidatura en las primarias a la presidencia del Gobierno”. Solo, por lo tanto, una victoria de Susana Díaz por un porcentaje amplio, en torno a los 10 puntos de diferencia, podría hacer desistir a Pedro Sánchez de promover una ‘segunda vuelta’ en su batalla con Susana Díaz.

Foto: Pedro Sánchez, con Luz Martínez Seijo y Santos Cerdán, a su derecha, este 26 de marzo en Burjassot, Valencia. (EFE)

Otra cosa es que, una vez celebradas las primarias de mayo y el congreso de junio en el que Susana Díaz sea elegida secretaria general, la nueva dirección comience a modificar y a recortar los procesos de elecciones primarias, por la desestabilización a la que se somete al partido periódicamente. Uno de los más críticos con las primarias, como sistema de organización de un partido político, ha sido Alfonso Guerra, que se sumó a la campaña de Susana Díaz tras algunas reticencias iniciales. A finales de octubre pasado, tras el bochornoso espectáculo del comité federal, Alfonso Guerra publicó un artículo, titulado “Las consecuencias de nuestros actos”, en el que abogaba abiertamente por reconsiderar el sistema de primarias que se ha impuesto en el Partido Socialista.

El exvicepresidente del Gobierno considera que es “otra concepción de la democracia que reduce la marcha de la organización a la conexión del líder y las bases, eliminando 'de facto' la estructura partidaria” y que en este sistema ‘asambleario’ “no es muy compatible aspirar a dirigir un colectivo y preferir que las decisiones las tomen otros”. ¿Volver al “PSOE de siempre”, como propone Susana Díaz, supondrá limitar los procesos de primarias? No es descartable que ese sea el debate que se abra en el PSOE cuando se cierren las urnas de mayo. Quizá por eso mismo en el entorno de Pedro Sánchez ya se ha comenzado a hablar de lo contrario, de una ‘segunda vuelta’ de las primarias.

No todas las batallas conducen al final de una guerra. Puede ocurrir como en el Partido Socialista, que tras años de tensión se establece una fecha concreta para resolver un conflicto interno, el 21 de mayo, pero lo que nadie puede garantizar ahora es que esa sea, además, la fecha del final de la guerra. Tras esa batalla pueden venir otras; la guerra interna puede continuar más allá de las primarias a la secretaría general que se celebrarán ese día y, de hecho, ese es el cálculo que desde hace días se está haciendo en los equipos de campaña de Susana Díaz y Pedro Sánchez: la posibilidad de que las primarias tengan que resolverse en una ‘segunda vuelta’ que se celebraría cuando Mariano Rajoy convoque elecciones y se abra un proceso de primarias para elegir al candidato socialista a la presidencia del Gobierno. La crisis interna del PSOE, por lo tanto, puede prolongarse todavía uno o dos años más, los que pueda durar esta legislatura tan voluble.

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